Comentarios sobre la actualidad, reflexiones sobre la deriva histórica que nos conduce hacia viejas pesadillas y cualquier otra cosa que considere de interés.
23 diciembre, 2006
Blogosfera: El fin de la inocencia V
I read the news today oh boy
Four thousand holes in Blackburn, Lancashire
And though the holes were rather small
They had to count them all
Now they know how many holes it takes to fill the Albert Hall.
I'd love to turn you on.
A day in the life- The Beatles
La inflación de la blogosfera, su éxito actual, obedece a un triple estado de necesidad en el terreno de la comunicación:
- El de los ciudadanos corrientes, no resignados a ser meros receptores de mensajes y convencidos de que tienen algo que decir y algo que hacer. Conscientes, cuando menos, de su necesidad de expresarse, de existir en el mundo, de hablar de lo que les importa, de lo que aman y de lo que odian.
- El de los políticos, sensibles a su creciente pérdida de credibilidad, persuadidos de la necesidad de reconstruir su imagen pública a partir del acercamiento a los ciudadanos desde planteamientos menos fríos y codificados que los usuales. Empeñados, también, en dejar de rendir pleitesía a los media habituales y soportar ser ignorados, minimizados o prejuzgados.
- El de los medios escritos y también el de sus profesionales, en busca de la credibilidad y de un lenguaje y unos recursos más libres y ricos en posibilidades, con tratamientos menos encorsetados y la posibilidad de llegar a un público, creciente por mera lógica demográfica, que no lee periódicos.
De los dos primeros, ciudadanos y políticos, ya he hablado en esta serie, aunque sin la profundidad deseable. Sobre los medios escritos y sus profesionales hay que decir, en primer lugar, que son los más directamente cuestionados por el fenómeno blog. No sólo una parte notable de la blogosfera –una de las más activas, por cierto- ejerce la crítica permanente del trabajo de esos medios, sino que, además, complementa críticamente su labor realizando los análisis que se obvian, denunciando los sesgos partidistas y poniendo en evidencia los errores –ni pocos ni pequeños- que cometen.
No es casual que muchos de los protagonistas de la blogosfera sean precisamente periodistas y que su labor como tales no se realice en el área de blogs de las webs de los periódicos en los que trabajan. Son personas que intentan eludir los filtros, cortapisas y tendenciosidades que los diarios imponen, tanto en la redacción del periódico como en la digital.
Tienen claro, probablemente desde hace bastantes años, que la prensa no sólo no ha sabido estar a la altura de los tiempos y de las sociedades a las que se dirige. También ha olvidado su papel de contrapeso, de ‘cuarto poder’ independiente, que los ciudadanos esperaban que desarrollase. Simultáneamente ha fracasado en el objetivo vital de lograr vincular a los diarios las nuevas generaciones, educadas en lal dinámica audiovisual y que, por lógica ineludible, acaban haciéndose adeptos irrecuperables a Internet.
Para muchos periodistas el blog es casi la única forma de ejercer su profesión de un modo gratificante, aunque generalmente no rentable, escribiendo acerca de lo que realmente saben del modo en que realmente piensan. Si contrastamos su labor con la de los colegas alojados en las cabeceras digitales de la prensa saltan a la vista diferencias generalmente importantes en cuanto a conocimientos y dominio tecnológicos, variedad de los temas que se abordan y libertad en el estilo y el tratamiento.
Los blogueros de los diarios casi siempre se limitan a escribir comentarios o artículos que no se diferencian en nada de los que escribirían en el periódico. No tienen asumidas ni las técnicas ni los recursos de la web y tampoco tienen asumida su libertad, o simplemente no pueden ejercerla. En resumen: básicamente no escriben blogs.
Por otra parte, cuando son blogueros auténticos los que escriben en la webs de los medios convencionales todo indica que no se sienten suficientemente cómodos y libres. Los diarios que intentan publicar auténticos blogs tendrían que empezar por no prejuzgar ni desconfiar y mucho menos despreciar a sus ‘fichajes’. Si quieren beneficiarse de su contribución deben empezar por cambiar sus propios esquemas mentales, no sólo los profesionales.
Mientras los ‘blogs’ aparezcan como ‘cuerpos extraños’ en el contexto de los diarios digitales el esfuerzo por hacer real y verosímil lo que se ha dado en llamar Periodismo 3.0 ( carecerán de toda verosimilitud y eficacia.
Leer online: http:laspiral.blogspot.com
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