21 diciembre, 2006

Blogosfera: El fin de la inocencia IV




I'd like to see them spend a week
Livin' life out on the street
I don't think they would survive
If they could spend a day or two
Walking in someone else's shoes
I think they'd stumble and they fall
They would fall .

Lifestyles of the rich and the famous
They're always complainin'
Always complainin'
If money is such a problem
Well they got mansions
Think we should rob them (rob them)
(They would fall, they would fall).


Lifestyle Of The Rich And The Famous, por Good Charlotte

Hablemos, pues, de los blogs que importan, los que pesan, los que influyen, los que inquietan al poder y a la mainstream mediática. Existen, es cierto. Son una minoría y la mayor parte de los que realmente alcanzan una incidencia importante están elaborados por equipos, integrados por gentes que cobran sueldos. Persiguen, en consecuencia, la rentabilidad y compiten, en cierta medida y con cierto éxito, con los medios informativos convencionales.

Consideremos la voz del gurú Loïc Le Meur (blog en francés e inglés), del que hablaremos bastante a lo largo de esta entrega: “Las herramientas que hemos desarrollado han entrado en la corriente principal y debemos asumirlo. Artistas, académicos, políticos y tantos otros se han sumado a las filas de los bloggers y los emprendedores de la web, reconociendo el poder del software social (sic: ‘social software’). Debemos meterlos en nuestra conversación”.

Estas palabras, sacadas de su blog, forman parte de la justificación que el propietario de Six Apart utiliza para justificar la asistencia -no anunciada- de dos candidatos a la presidencia de la república francesa (Sarkozy y Bayrou) y del político israelí Simón Peres a la reciente conferencia Web3, por él patrocinada. Más allá de esa singular circunstancia, que causó la indignación de muchos de los asistentes, las palabras de Le Meur sobre la entrada de la blogosfera en la mainstream son reveladoras, cuando menos, de los planteamientos y las expectativas que están en su mente.

Cabría preguntarse por qué convirtió en protagonistas a Sarkozy y Bayrou (derecha) y no a Royal -invitada, según él, pero quizás demasiado tarde, como el propio Bayrou- y Buffet (izquierda y mujeres ambas), o por qué en lugar de Peres no invitó a Noam Chomsky, judío también, pero sin relación con la controvertida política israelí, y que tendría cosas mucho más interesantes que decir sobre los blogs, en tanto que lingüista y estudioso del mundo de la comunicación. Las respuestas reales sólo las conoce él, pero quienes se las imaginan no quedan precisamente muy satisfechos de la evolución del gurú ni de las explicaciones que intenta hacer prosperar. (*)

Más allá también de la ironía que supone hablar de ‘software social’ para celebrar el acercamiento de las élites culturales y políticas al fenómeno blog, lo importante es la constatación de ese acercamiento, el punto de inflexión que significa. La blogosfera ha perdido (o va a perder) la inocencia. Y el despertar se inicia de la mano de uno de los principales alentadores de la ‘blogomanía’, a través de la creación de herramientas tales como Movable Type , Typepad, Live Journal o Vox. Un francés que ha conseguido éxito global y quiere más, siempre más.

En el encabezamiento de su web Le Meur ha inscrito el siguiente ‘motto’: “Los media tradicionales envían mensajes. Los blogs inician conversaciones”. Esa es la idea que la blogosfera tiene de sí misma, pero , salvo raras excepciones, no responde exactamente a la realidad. Hay mucho por hacer en ese terreno, tanto por parte de los blogueros como de sus lectores. El diálogo auténtico es más bien la excepción.

En cuanto a los políticos, ¿cabe esperar de ellos un auténtico diálogo? Nada más alejado de sus hábitos que responder a las interpelaciones de los ciudadanos, a quienes acostumbran a eludir hasta que llega la ‘penitencia’ de la campaña electoral, con sus efusiones y sus abucheos. Lo cierto es que todos ellos han comprendido ya a estas alturas la significación e importancia de la blogosfera. Es “una formidable arma de campaña”, dice Bayrou, y añade: “un proyecto de sociedad basada en la participación y la cooperación, donde los ciudadanos son actores y no meros espectadores”.

Eso quisiéramos los ciudadanos, que los blogs implicasen realmente un ‘proyecto de sociedad’ y que tal proyecto supusiese una sincera y operativa profundización de la democracia. Lamentablemente, la credibilidad de los políticos está por los suelos y es difícil imaginar que sean sinceros cuando se plantean recuperarla mediante el diálogo a través de blogs, que, en el caso de llevarse a cabo, exigirían la participación de un equipo de personas dirigidas por alguien que tenga acceso directo y permanente al político.

Eso sí. Loïc Le Meur y los restantes sostenedores de la blogospera pueden estar satisfechos. Se abre un nuevo mercado, prometedor como ninguno hasta ahora. Volvamos al principio: Money, money, money…Is all that makes the world go 'round.

(*) Se sospecha que, mientras Sarkozy fue invitado con tiempo más que suficiente, la invitación de última hora a Bayrou y Royal fue un intento de fingir neutralidad. El caso es que Sarkozy disfrutó de traducción simultánea, pero Bayrou no. Ségoléne se libró de la discriminación.

Leer online: http://laspiral.blogspot.com


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