30 octubre, 2003

Aznar y las ideologías

"Los pobres de América Latina no necesitan ideologías, sino acceso a la propiedad privada, oportunidades y posibilidades de prosperidad". Esta joya de la lógica cartesiana es obra del sutil orfebre de la teoría política llamado José María Aznar, que anda de nuevo por las Américas predicando las excelencias de la globalización y recitando el catecismo desideologizador de la rancia doctrina que se ha dado en llamar "neoconservadurismo".

La mostrenca frasecita la soltó ayer el presidente (del Gobierno español) en las barbas trémulas del presidente (de la república) de Brasil, "Lula" da Silva. Imagino que fue en algún momento en que, llevado por el entusiasmo "neocons" (tradúzcase la abreviatura al francés para que adquiera todo su sentido) se salió del discurso para perder proféticamente la mirada en el infinito.

En cualquier caso, pese al trance, resulta imperdonable la emisión de tal sofisma por parte del presidente de un "think tank" (depósito de pensamiento) tan prometedor como la FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), a la que Aznar piensa dedicarse en cuerpo y alma cuando salga de La Moncloa, en un esfuerzo por pasar a la historia como el hombre que demostró que no hay vida más allá de la derecha (alias "centro político").

Lo cierto es que no habría ideologías si no hubiera intolerables e inhumanas carencias e imperfecciones sociales. Nadie habría dicho "la propiedad privada es un robo" o "la tierra para quien la trabaja" si el acceso a la propiedad y sus consecuencias vitales (la alimentación, por ejemplo) estuviesen garantizadas.

Los pobres de América Latina -y los que no lo son- se habrán quedado boquiabiertos ante la gratuidad de la afirmación aznariana, pero a los más despiertos les habrá quedado claro desde qué ideología se predica contra las ideologías y se largan falacias demagógicas como la que glosamos.

Y es que la cabra siempre tira al monte.

28 octubre, 2003

De mal en peor

La matanza de ayer en Bagdad, seguida por la de hoy en Faluya -que quizás no sea el último atentado del día-, no deja lugar a dudas acerca de la clase de pantano en que, tras crearlo, se han metido los "redentores" países de la llamada "coalición" de la mano aventurera y avarienta de EE UU.

Uno se pregunta hasta qué punto esta explosión del Ramadán puede tener similitudes con la ofensiva del Teth (fiesta budista de fin de año) que, en 1968, avanzó cual sería el resultado de aquel otro fangal sangriento que crearon los americanos en Vietnam. Si aquella provocó un vuelco antibélico en la opinión pública de los Estados Unidos, ésta no sólo puede conseguir lo mismo, sino que también invita a reflexionar seriamente a los países "colaboradores" (en realidad sicarios) que creían que su participación iba a ser un paseo por el campo.

Hace tiempo que Estados Unidos ha comprendido la gravedad de la situación en Irak y su complejidad prácticamente inextricable. Su respuesta no ha podido ser más elocuente: tratar de que la comunidad internacional -de buena fe o con la vista puesta en el botín- envíe tropas que le permitan reducir los daños y dosificar sus fuerzas, sin recurrir a una movilización militar mayor, que tendría una negativa incidencia en la política doméstica.

El entusiasmo inicial de la opinión pública estadounidense se ha ido enfriando no sólo ante los indicios fervientes de que fue manipulada mediante mentiras para dar su apoyo a la intervención, sino también ante el goteo de muertes de compatriotas en un conflicto creado artificialmente.

El rumbo de las cosas recuerda también en ésto a Vietnam. Como entonces, ahora se han iniciado las deserciones. Al menos una quincena de soldados ha aprovechado ya sus permisos para "perderse". Nadie en el próspero y relajado Occidente quiere pinar las botas. Y menos por una causa que no comprenden ni comparten.

Ahora falta por ver cómo evoluciona la opinión pública y la actitud de los gobiernos -el español incluído- de los países que han comprometido su apoyo militar, por limitado que sea.

En cualquier caso, una proyección de lo sucedido tras el fin de la breve guerra convencional indica que las actividades de la guerrilla pueden aumentar exponencialmente a la vista de la incapacidad de la coalición para ofrecer al pueblo iraquí un futuro razonablemente deseable.

En ese contexto, la actividad exitosa e impune de la resistencia constituye un seductor banderín de enganche en un país al que, tras torturarlo con una década de embargo y ataques puntuales, se le ignora y humilla ahora, imponiéndole además un gobierno provisional cuyo nucleo duro está constituido por títeres que el pueblo rechaza y el resto variopinto ve con creciente preocupación la evolución, de mal a peor, de la situación.

27 octubre, 2003

Todos (?) contentos

El augurio de los sondeos -los previos y los realizados a pié de urna- se cumplió ayer escrupulosamente en las elecciones de la Comunidad de Madrid. El PP logró la mayoría absoluta gracias al hudimiento del PSOE, castigado con la abstención por una parte notable de quienes lo apoyaron en Mayo.

Ninguna sorpresa. El propio Rafael Simancas fue reflejo fiel de hasta qué punto el PSOE tenía asumida de antemano su derrota al leer un matizado discurso, obviamente preparado de antemano, en el que la reconocía.

Lo sorprendente fue el "suspense" del escrutinio, que, hasta bien avanzado el porcentaje, permitió pensar que se había producido un vuelco y que la izquierda iba a ganar. Es difícil sustraerse a la sospecha de que, desde el centro de datos, regido por el representante del Gobierno en funciones Carlos Mayor Oreja (¿les suena?), se intentaba sumar a la victoria cantada del PP el escarnio del oponente, tentándole a incurrir en el ridículo de una celebración prematura. ¿Maquivélico? Sí, pero muy probable. Basta disponer de un mapa de la inclinación del voto por colegios electorales e ir procesando previamente los datos de los que más favorecen a la izquierda.

Otro factor sorprendente -si se conserva un mínimo de capacidad de sorpresa, claro- es lo relajado e incluso satisfecho que apareció Rodríguez Zapatero, al que las cámaras mostraron poco antes de su intervención junto a "Pepiño" Blanco, teórico responsable -en tanto que lo era de las listas electorales- de la crisis política que condujo a la repetición de las elecciones y tan sonriente como el propio secretario general. Parece evidente que en el PSOE no sólo se presagiaba la derrota sino que se temía la deblacle.

El ritual se ha consumado, el pueblo soberano se ha expresado, la representación continúa. Tutti contenti.

25 octubre, 2003

Vuelta y recapitulación

Antes de que octubre se extinga, aportando más oscuridad al panorama (la próxima madrugada se adelantan los relojes, siguiendo la discutible regla de rentabilidad energética que confunde el paralelo de Madrid con el de Berlín), quisiera hacer alguna anotación, aunque sólo sea como expresión de la voluntad de proseguir con esta discontinua "espiral". Durante este largo periodo "sine linea", debido a incidencias, fatalidades y circunstancias que sería demasiado prolijo relatar, he reflexionado sobre este empeño quijotesco -en la medida en que carece de destinatarios y si los tiene son mudos- y, tras rechazar la capitulación, se ha impuesto la necesidad de remodelarlo.

En lo sucesivo estas reflexiones serán más breves, dando por sentado -interesadamente- que el lector está mínimamente bien informado. La documentación complementaria se aportará mediante enlaces a otras fuentes o a "espirales" precedentes. El tema vendrá determinado en gran medida por la actualidad de cada día pero también por las vivencias personales o reflexiones no necesariamente "candentes" que surquen mi caletre.

Y vamos con un breve repaso a lo esencial de lo sucedido durante mi "afonía":

- País Vasco: Precisamente hoy el Ejecutivo vasco, reunido en sesión extraordinaria y coincidiendo, no casualmente, con el aniversario del Estatuto de Guernica, ha aprobado esa extravagancia denominada "Plan Ibarretxe". El alegre lendakari ha aprovechado la ocasión para afirmar el derecho de los vascos a decidir su destino, lo cual es muy correcto en abstracto pero resulta un absurdo y anacrónico ¡Viva Cartagena! situado en el contexto del siglo XXI y de las realidades del Estado español, la Unión Europea y el mundo mundial. El Gobierno central ha llamado a la ciudadanía a reaccionar (o sea, a la reacción) en lo que casi parece una confesión de impotencia si no fuera algo peor: cinismo político, clientelismo y electoralismo puro y duro. Pero lo mismo ocurre con la teórica ambición autodeterminativa del nacionalismo vasco de derecha. Puro cuento. (Ver Archivos, Julio, 23)

- Irak: Ayer concluyó en Madrid la vergonzante Conferencia de Donantes para Irak (do ut clepere), significativamente desarrollada en paralelo a una aún más vergonzante cumbre empresarial. Dicen que ha sido un éxito. Ellos sabrán. Lo que nadie sabe es cómo se van a gestionar las "generosas" aportaciones de los "filántropos" pero todo indica que la ONU ha vuelto a recibir un nuevo revolcón en sus buenos propósitos y su función de neutral mediadora. Mientras tanto, aumentan cotidianamente la factura en vidas humanas y las evidencias de que no existía el más mínimo motivo para iniciar la guerra que ha conducido a la necesidad de "reconstruir" solidariamente un país destruido por la avaricia.

- Palestina: La pesadilla continúa y crece cada día. No se trata sólamente de que las tropas israelíes sigan escenificando un inédito y cruel terrorismo de estado ante la general indiferencia, sino también de que el Gobierno -arrogantemente consciente del apoyo, ora tácito, ora expreso, de EE UU- se muestra en creciente y abierto desacato y desafío a las instituciones internacionales. El reciente acuerdo de la Asamblea General de la ONU contra el muro que se propone reducir la nación palestina a herméticos ghettos ha sido respondido con un corte de mangas del Gobierno isrealí y el anuncio de que la construcción de esa vergüenza de la humanidad seguirá adelante. La única lectura posible ante la situación creada es que Washington, lejos de pretender la creación de un estado palestino, como afirma de dientes afuera, lo que realmente quiere es favorecer los propósitos israelíes de asfixiar a fuego lento a los palestinos y dominar mediante una política de "apartheid" peor que la de Pik Botha en Sudáfrica todo el territorio que considera suyo, desde los altos del Golán hasta el Mar Rojo y desde el Jordán al Mediterráneo. Todo ello demuestra la rotunda falacia de uno de los argumentos utilizados para iniciar la guerra contra Irak: que la desaparición del régimen de Sadam Hussein facilitaría el proceso de paz. (Sobre el muro y la falacia, ver los Archivos de Julio, días 30 y 8)

- Comunidad de Madrid: Mañana, domingo (día del señor), habla el pueblo, aunque quizás su silencio (la abstención) vaya a ser aún más elocuente que su voz, así que lo dejamos para el lunes. Total...