Comentarios sobre la actualidad, reflexiones sobre la deriva histórica que nos conduce hacia viejas pesadillas y cualquier otra cosa que considere de interés.
23 octubre, 2007
Avergonzarse de la derecha no es avergonzarse de España
Dice el mayor de nuestros patriotas que es "preocupante" la tendencia de la izquierda a "avergonzarse de España" y denuncia "un cierto esnobismo muy propio de la izquierda española que le lleva a negar el hecho nacional", como si "declararse español fuera de mal gusto" o los símbolos de la nación "pudieran estar o dejar de estar de moda".
Es más, según el ilustre prócer la pérfida izquierda ha "interiorizado la leyenda negra" y la ha propagado "irresponsablemente" hasta llegar a "unir los esfuerzos con aquellos que niegan la nacionalidad española en sus dos sentidos, el de la unidad y el de libertad". No comprendo que Aznar logre conciliar el sueño con estas terribles pesadillas acosando sin tregua su alma de encendido patriota hispano-estadounidense.
¿Será que no se cree lo que dice? Pues será. Sí, yo creo que deber ser eso.
En cualquier caso, me consta que la izquierda española no se avergüenza de España ni del pueblo español, sino más precisamente de la derecha española a la que Aznar parece querer representar como paradigma cumbre, y que es autora y protagonista secular de una historia construida en gran medida sobre la intolerancia, la codicia y la persecución e incluso el exterminio del diferente, del oponente.
Una derecha que, todavía hoy, es capaz de fabricar un variado repertorio de mentiras (a veces contradictorias entre sí, pero qué les importa) destinadas a generar inquietud y miedo -sin desdeñar que también produzcan odio- porque ese es el caldo de cultivo en el que habitualmente ha recogido los mejores frutos.
Esa derecha incivil e irresponsable, que pretende monopolizar el patriotismo, es la que avergüenza a la izquierda española, la que hace temer, todavía hoy, que la actual experiencia democrática pueda convertirse en un nuevo paréntesis en nuestra accidentada historia.
Y esa derecha, que es española, no es España ni tiene la exclusiva de su representación por mucho que se empeñe.
Leer online http://laspiral.blogspot.com
17 octubre, 2007
Despropósitos, aspavientos, mentiras y delirios

Hay que admitir que a la hora de escenificar aspavientos y despropósitos el Partido Popular es imbatible. Y últimamente están sembrados. Tras el númerito 'institucional' de Rajoy vía vídeo en plan "le roi c'est moi" sólo nos faltaba Mayor Oreja resucitando y rehabilitando al muerto.
"¿Cómo voy a condenar lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles?", se pregunta en una entrevista publicada en 'La Voz de Galicia' este demócrata de toda la vida. Naturalmente ni se le ocurre plantearse la ilegalidad de origen de la dictadura o el hecho de que el golpe de estado del 18 de julio no fue contra ningún régimen despótico sino contra una república legítima, regida por un Gobierno que tenía su origen en unas elecciones democráticas.
Para Mayor Oreja, la larga y brutal dictadura fue una Arcadia feliz, caracterizada por una "extraordinaria placidez" para aquel sector supuéstamente "muy amplio" de españoles. La paz de los grandes cementerios bajo la luna; la del exilio forzado; la de las prisiones atestadas; la de los juicios injustos, sumarísimos o no; la del silencio por decreto; la de la ley de vagos y maleantes; la del tribunal de orden público.
En el caso de Aznar, del que constan artículos publicados en los últimos años 70 en la prensa de
Decir que el PSOE, cuando él gobernaba, negoció simultáneamente con el PP y con ETA es mentir cínicamente y por partida múltiple. Tratándose de Aznar, lo habitual. Fue el PSOE quien propuso el pacto antiterrorista, que Aznar contempló en principio con reticencias y resistencia. Con bastante posterioridad (no simultáneamente), un miembro del PSE, Jesús Eguiguren, concluye de sus encuentros personales con miembros de Batasuna no sólo que el entorno radical abertzale está abierto al diálogo, sino que ETA podría declarar un alto el fuego e incluso abandonar las armas tras una presumiblemente larga negociación. Lo que se inicia entonces es un proceso de exploración mutua entre Batasuna (no ETA) y PSE (25 reuniones, se dice) que sólo cuando el PSOE llevaba dos años en el Gobierno (22 de marzo de 2006) conducen a la declaración de alto el fuego por parte de ETA. Si eso es simultaneidad, que baje dios y lo vea.
En cualquier caso, el diálogo con ETA, que al contrario del que mantuvo el Gobierno de Aznar no supuso ninguna contrapartida para la banda (el Gobierno del PP acercó presos a la península y, dentro de la península, al País Vasco), sigue siendo uno de los caballos de batalla en los que el PP funda su política de oposición.
Ayer, sin ir más lejos, el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, aseguraba con su habitual rostro, aceitunado y pétreo, que Zapatero no está capacitado ni tiene legitimidad (¿legitimidad?) para afrontar el "desafío" que plantea Ibarretxe con su referéndum. "Después de todo lo que ha ocurrido esta legislatura, que ha sido una fábrica de independentistas, y de que se haya negociado con ETA, Zapatero no está en condiciones de hacer frente a este desafío", dijo el inefable.
Mientras Rajoy aseguraba que el presidente del Gobierno había hecho lo que él le había pedido, lo único que se puede hacer, Zaplana insistía en que “si hubiera voluntad inequívoca para frenar este desafío, el comportamiento sería radicalmente distinto". ¿Cuántos partidos hay en el PP para que sea posible que mientras su presidente se atribuye parte del mérito en la firmeza con que Zapatero le dice a Ibarretxe que no hay camino el portavoz constate tibieza e insuficiencia en la actuación presidencial?
También ayer, Zaplana consideró necesario salir en defensa de Mayor Oreja y, aunque aseguró que no había leído sus declaraciones (¡ !) aludió, cual si de perros se tratase, a su “pedigrí”, a su carácter de "demócrata de la cabeza a los pies" desde siempre, y cuya biografía es más "contundente" que cualquier declaración.
Dada su fe de intoxicador profesional en que no hay mejor defensa que un buen ataque ni arma más eficaz que una insidia, el hombre que está en política para “forrarse” dejó caer que “muchos de los que hoy se meten con nosotros no estaban en las filas de los que peleaban por la libertad (...) y tenían cargos públicos en la administración franquista".
¿Quiénes? Es inútil preguntar. Lo dice Zaplana y ya está. Es como cuando afirmó que Aznar nunca había asegurado la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. En media hora las ‘históricas’ grabaciones le estaban desmintiendo con contundencia más que suficiente como para desautorizar a un político y más al portavoz de un partido de por vida.
Para completar el cuadro, Ana Botella, esposa de Aznar y concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, insistió –sin nombrar a nadie, claro- en que era un hecho el pasado franquista tanto de miembros del PP como del PSOE (ella no fue franquista, por supuesto). Cualquiera, sin embargo, podría nombrar, a título meramente indicativo, a dos luminarias del franquismo que están en el PP y cuya relevancia es incomparable con la de cualquiera de los innombrables franquistas que supuestamente hay en el PSOE: el padre fundador, Manuel Fraga Iribarne, y el escurridizo y siempre sonriente Rodolfo Martín Villa. ¿Quién da más?
En cualquiera caso, ya puesta en modo disparate sobre la memoria histórica, la ex presidenta consorte comparó el 18 de julio de 1936 con la huelga minera asturiana de 1934 (bañada, por cierto, en sangre por Francisco Franco, entonces al servicio de
Esto es el delirio.
Leer online http://laspiral.blogspot.com
13 octubre, 2007
El imposible orgullo

Dentro de esa ínfima minoría, aparentemente motivada por “las razones” escamoteadas, sobresale hasta convertirse en representante casi único del ‘orgullo nacional’, por el ruido y la furia -por la irracionalidad en definitiva-, la extrema derecha. La suya no es la bandera que Rajoy dice querer defender, sus iconos no son los de la mayoría y su discurso político –si cabe llamarlo así- es el del odio ideológico y racial y el de la revancha; es el discurso de la violencia, ansiosa de confrontación con sus pares de signo opuesto.
Ayer, mientras en el Paseo de
En Barcelona, en el curso de un homenaje a la bandera (preconstitucional) unas decenas de miembros del grupo ultra ‘Adelante Cataluña’ quemaban retratos de Carod-Rovira e intentaban lo mismo con una senyera catalana aparentemente incombustible que finalmente despedazaron y pisotearon.
En Valencia, el millar largo de asistentes a la movilización convocada por 'España 2.000' sumaba a la pira, junto a Carod-Rovira, retratos de Ibarretxe y símbolos de ETA. Todo ello no sólo para mostrar el orgullo de ser español sino también para exhibir un racismo sin complejos con la inmigración como principal bestia negra. “En España, los españoles primero” era el lema de la manifestación, que encabezaba una mujer a caballo (¿España?). Entre las consignas coreadas, “La inmigración destruye la nación” o “No más pateras, que cierren las fronteras”.
¿Es
No, ¿verdad? ¿Entonces a qué viene el estúpido vídeo pseudoinstitucional de Rajoy? ¿Qué persigue? ¿Qué sentido tiene convertir granos de arena que ni siquiera se tiene el valor de señalar en montañas que todos debemos allanar? ¿Dónde está la emergencia nacional que requiere nuestra movilización bandera en mano?
Todo indica que es el PP y no el Gobierno el que ha perdido el rumbo desde el mismo día en que perdió las elecciones. Y lamentablemente no es eso lo único que perdió. También le perdió todo respeto a la verdad y toda responsabilidad y solidaridad de Estado.
Yo no siento orgullo de ser español y en gran medida se lo debo al Partido Popular y a su deriva irresponsable y zafia en esta legislatura. A mi me avergüenza que la segunda mayoría política de los ciudadanos de este país tenga unos representantes como los que tiene y aplauda actitudes y estrategias como las que practica.
Quiero que lo sepan. Me ponen enfermo.
Leer online http://laspiral.blogspot.com
11 octubre, 2007
Oigo, patria, tu aflicción...
Samuel Johnson
Cada nación ridiculiza a las otras. Y todas tienen razón.
Arthur Schopenhauer
El presidente de la república…, digo… del Partido Popular, difundió ayer un mensaje institucional -perdón, quise decir partidista- a todos los españoles para que en sus casas y fuera de ellas, con la familia o con los amigos, celebren, “sin aspavientos pero con orgullo”, la fiesta nacional y exhiban la bandera que a todos nos representa.
El video, grabado en la sede del propio PP, aparece hoy colgado en Youtube con dos singulares limitaciones:
- Embedding disabled by request ("deshabilitada la incrustación por requerimiento", obviamente del PP).
- Adding comments has been disabled for this video ("el añadido de comentarios ha sido deshabilitado para este video").
"Sin aspavientos", dice. ¿Para qué mayor aspaviento que el propio video, en el que el presidente de un partido secuestra y suplanta el papel institucional que corresponde al Rey o, en su defecto, al presidente del Gobierno?
"… Pero con orgullo", añade. En realidad con soberbia, con arrogancia, con voluntad de división, con alarmista demagogia, con rotunda y repugnante indecencia política, como siempre. Y además, tratando de impedir, mediante las prohibiciones ya comentadas, toda respuesta; intentado limitar la libertad de expresión, el derecho de los que disienten a criticar y a escarnecer su falta de escrúpulos.
El vídeo, pese a los esfuerzos del PP, puede ser contemplado aquí íntegramente gracias al diario ‘Público’, que lo reproduce en su web y habilita la posibilidad de que los blogs incrusten libremente el código.
También ayer el PP dio otra muestra depurada de la política de comunicación irresponsable y abusiva que practica (ver vídeo abajo, vía NetoRatón 2.0). Los representantes del partido en la ponencia de la Ley de Memoria Histórica se presentaron al ‘examen’ de la rueda de prensa, cual opositores enchufados, sin haber estudiado.
Su ridículo fue considerable, pero muy inferior al desprecio manifiesto que ellos mostraron, una vez más, por su propia función como representantes de los ciudadanos, por los sufridos y pacientes periodistas y por la martirizada, manipulada e intoxicada opinión pública. Se trataba simplemente de reiterar su sistemático ‘no’ para que no faltase en los informativos y en los diarios de hoy. Un rechazo a una ley que (“suponemos”, dijo Jorge Fernández Díaz entre reveladores tics faciales) mantiene el espíritu ya denunciado.
Increíble pero cierto.