11 octubre, 2007

Oigo, patria, tu aflicción...

El patriotismo es el ultimo refugio de un canalla.

Samuel Johnson

Cada nación ridiculiza a las otras. Y todas tienen razón.
Arthur Schopenhauer





El presidente de la república…, digo… del Partido Popular, difundió ayer un mensaje institucional -perdón, quise decir partidista- a todos los españoles para que en sus casas y fuera de ellas, con la familia o con los amigos, celebren, “sin aspavientos pero con orgullo”, la fiesta nacional y exhiban la bandera que a todos nos representa.

El video, grabado en la sede del propio PP, aparece hoy colgado en Youtube con dos singulares limitaciones:

- Embedding disabled by request ("deshabilitada la incrustación por requerimiento", obviamente del PP).
- Adding comments has been disabled for this video ("el añadido de comentarios ha sido deshabilitado para este video").

"Sin aspavientos", dice. ¿Para qué mayor aspaviento que el propio video, en el que el presidente de un partido secuestra y suplanta el papel institucional que corresponde al Rey o, en su defecto, al presidente del Gobierno?

"… Pero con orgullo", añade. En realidad con soberbia, con arrogancia, con voluntad de división, con alarmista demagogia, con rotunda y repugnante indecencia política, como siempre. Y además, tratando de impedir, mediante las prohibiciones ya comentadas, toda respuesta; intentado limitar la libertad de expresión, el derecho de los que disienten a criticar y a escarnecer su falta de escrúpulos.

El vídeo, pese a los esfuerzos del PP, puede ser contemplado aquí íntegramente gracias al diario ‘Público’, que lo reproduce en su web y habilita la posibilidad de que los blogs incrusten libremente el código.

También ayer el PP dio otra muestra depurada de la política de comunicación irresponsable y abusiva que practica (ver vídeo abajo, vía NetoRatón 2.0). Los representantes del partido en la ponencia de la Ley de Memoria Histórica se presentaron al ‘examen’ de la rueda de prensa, cual opositores enchufados, sin haber estudiado.

Su ridículo fue considerable, pero muy inferior al desprecio manifiesto que ellos mostraron, una vez más, por su propia función como representantes de los ciudadanos, por los sufridos y pacientes periodistas y por la martirizada, manipulada e intoxicada opinión pública. Se trataba simplemente de reiterar su sistemático ‘no’ para que no faltase en los informativos y en los diarios de hoy. Un rechazo a una ley que (“suponemos”, dijo Jorge Fernández Díaz entre reveladores tics faciales) mantiene el espíritu ya denunciado.





Increíble pero cierto.

No hay comentarios: