Pese a que, supuestamente, Rajoy habría dado ayer instrucciones al partido que preside para que destierre del debate electoral el ataque terrorista del 11-M y sus circunstancias, hoy es él mismo quien vuelve a cuestionar el proceso, tras hacerse pública la sentencia.
"Ya que los acusados como inductores o autores intelectuales, en los términos que utiliza la sentencia, no han sido condenados como tales", el líder del PP se considera legitimado para apoyar "cualquier otra investigación" que esclarezca este extremo y permita "avanzar sin límites en la acción de la justicia" (sic).
El hecho de que Rabei Osman El Sayed Ahmed, alias 'Mohamed el Egipcio', supuesto autor intelectual de la masacre, haya sido absuelto le parece a Rajoy y a su partido razón bastante para seguir cuestionando el proceso y para sostener, al menos subliminalmente, la insidia extendida por Aznar en su comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación "quienes lo planificaron no se esconden en desiertos lejanos, ni en montañas remotas".
Zapatero respondió puntualmente a la indecencia con la única respuesta posible y razonable. Efectivamente, vino a decir, no estaban lejos, estaban en Leganés, en alusión a los siete suicidas que se inmolaron en un último intento de causar muertes y se cobraron la vida de un miembro de los GEO.
Pero eso no les basta a quienes se han empeñado durante más de tres años en extender la sombra de la duda, incluyendo entre los sospechosos al propio PSOE en connivencia con policías y guardias civiles.
Tampoco les basta que el juez Del Olmo señalase en su momento, con total claridad, a Serhane Abdelmajid, 'El Tunecino', fallecido en Leganés, como líder espiritual y operativo del grupo terrorista autor de los atentados e instigador de los mismos. El magistrado que, laboriosamente y bajo una presión casi intolerable nunca antes soportada por un juez en España, instruyó el sumario poniendo el cuidado preciso para eliminar todas las dudas (y fueron tan numerosas como surrealistas) lo estableció sin duda alguna.
Sucede que el tribunal del 11-M no juzgaba a los muertos. Ningún tribunal lo hace. El proceso incluyó como hipotético autor intelectual a 'El Egipcio' porque, según la policía italiana, él mismo había reivindicado dicho papel en una grabación. Luego resultó que la grabación era técnicamente una chapuza y la transcripción muy imprecisa. No había causa para condenar a Rabei Osman. Eso era todo.
El autor intelectual, que no se hallaba en ningún lugar exótico, por supuesto, fue Serhane Abdelmajid.
Cualquier otra investigación que el PP se proponga apoyar tendrá que contar con espiritistas que convoquen a los suicidas o someter a torturas a los condenados como autores, que insisten en negar su participación y cuyos abogados han puesto más énfasis en apuntar a ETA que en defender su inocencia.
Ya está bien de la broma indecente sobre la autoría intelectual. Seguir dando pábulo a la fabulación conspiranoica es una irresponsabilidad tan gigantesca que sería digna de consideración la posibilidad de exigir responsabilidades legales al partido (o al menos a los miembros del partido) que la sostenga.
La lluvia de mentiras, insidias e intoxicaciones de la opinión pública debe terminar ya.
Leer online http://laspiral.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario