11 julio, 2016

Barroso, embarrado; la UE, muda


Si necesitábamos una prueba de más peso que las ya disponibles acerca de hasta qué punto las políticas de la UE están condicionadas - cuando no inflexiblemente dirigidas - por los intereses financieros globales, el fichaje del ex presidente de la Comisión Europea (2004-2014), José Manuel Durao Barroso por parte de Goldman Sachs (GS en lo sucesivo) es una de elocuencia insuperable.

Llama la atención la 'oportunidad' con que la noticia ha sido difundida, en coincidencia con el regreso al primer plano de Barroso en las fotografías de la 'cumbre' de las Azores - de la que él fue muñidor y anfitrión -, que decidió, contra el criterio general, invadir Irak, con el pretexto falso de que disponía de armas de destrucción masiva. Tras el anuncio de GS, Barroso ha 'robado' las primeras págnas al protagonista 'estrella' de la histórica imagen: Tony Blair, otra 'joya' de la política europea y global cuya honestidad poítica y personal es puesta en solfa por un laborioso y exhaustivo informe que revisa su entusiasta y belicoso papel en aquel conflicto, motivado en realidad por intereses económicos y estratégicos.

GS, apodada "la hidra vampírica", no es una institución financiera más. Está detrás de todas las 'burbujas' generadas en EE UU desde que se produjo la desregulación económica y participó con entusiasmo en la generación de la más virulenta, la de las hipotecas 'subprime', espoleta que provocó el desmoronamiento financiero de Wall Street en 2008, cuyas dramáticas  consecuencias siguen sufriendo ocho años después muchos países del mundo, entre ellos España

¿Fue casual que en aquellos momentos estuviera al frente de la Secretaría del Tesoro Henry Paulson, directamente procedente de la presidencia ejecutiva de GS? ¿Qué hace que alguien que nada en la abundancia asuma un cargo público notablemente peor pagado? ¿Dar más brillo a su curriculum? Improbable. Otros objetivos menos confesables eran seguramente su motivación. En cuqluier caso, por decisión de aquel 'genio' llamado George W. Bush, cuando Paulson tuvo que vender sus acciones del banco (por valor de 600 millones de dólares) para cumplir con la normativa legal sobre conflicto de intereses fue exonerado del impuesto preceptivo, con un ahorro estimado de 35 a 50 millones. Ese sí es un 'salario' digno de consideración, ¿pero garantiza la eliminación del conflicto de intereses? Aquí cuadra el dicho "la zorra puede perder el rabo, pero no las costumbres". .

Nada sabemos de los honorarios previstos por el banco 'hidra' para Durao Barroso, que es justamente el caso inverso de Paulson, en la medida en que pasa de la política a la banca y no al revés, que es lo usual en el caso de los personajes vinculados a GS. Cabe imaginar que serán grandiosos, pues no cualquiera es presidente (poco importa si no lo es ejecutivo) de ese 'superbanco', y quienes lo fueron han sido premiados con honorarios de récord. Tampoco se sabe con certeza en qué terreno (o terrenos) ejercerá su asesoramiento, aunque las consecuencias financieras del 'Brexit' parecen ser la prioridad fundamental para GS.

Los casos de 'puerta giratoria', que vienen inquietando crecientemente en las democracias occidentales por razones obvias, alcanzan con el caso 'GS-Barroso' una dimensión superlativa. Alguien que ha regido durante diez años cruciales los destinos de la UE no sólo conoce en profundidad sus entresijos y posee una extensa agenda de nombres relevantes, sino que cuenta también con información privilegiada. Y no sólo puede ejercer como asesor, sino también como 'lobbysta'. El valor de las aportaciones potenciales a su contratante es incalculable.

No hay, por el momento, ninguna reacción oficial de la UE. Ni se espera. Es más fácil no darse colectivamente por aludidos, por más que el rechazo a sus políticas se esté extendiendo y acentuándose gravemente. Sí las ha habido, sin embargo, y viscerales, tanto en su propio país, Portugal, como en Francia. El adjetivo más moderado es 'indecente'. No obstante, si se tiene en cuenta que nueve de los miembros del último Consejo que Barroso presidió ya han pasado al sector privado, más valdría que la UE y todos sus integrantes pusieran coto, por vía de Ley, al tráfico de las 'puertas giratorias', generadoras de uniones morganáticas que sólo pueden producir una herencia desastrosa.
 Pie de foto: Barroso, junto a su predecesor en la Comisión Europea, Van Rompuy, y Obama dieron el pistoletazo de salida para la negociación del TTIP en marzo de 2013