29 julio, 2009

ETA todavía

Si existe algo aún más triste e insoportable que desayunarse un día cualquiera, como el de hoy, con la noticia de un atentado de ETA es la idea de que esta repugnante experiencia se repetirá y de que, tarde o temprano, los heridos leves de hoy se transformarán en muertos.

Afortunadamente la banda terrorista ha fallado esta vez en su intento de producir una horrible masacre, de la que serían víctimas señaladas los menores hijos de los guardias civiles que habitan la casa cuartel de Burgos. A los terroristas no les importa el carácter o las circunstancias de sus víctimas. Menores o adultos, lo que les interesa es causar el mayor número posible de muertes. Ya lo hicieron en 1987 en Zaragoza (en la foto), en cuya casa cuartel murieron once personas, cinco de ellas niños entre los cuatro y los catorce años.

Más de veinte años después de aquel execrable atentado ETA sigue en su laberinto, sin acertar a salir de él con su pueril idea motor de que la violencia es el principal instrumento para lograr sus objetivos. En su huída hacia adelante se niegan no sólo a considerar que las circunstancias han cambiado de modo esencial y radical respecto al momento en que iniciaron su trayectoria en 1959, sino también que el apoyo social del que llegaron a disfrutar se ha ido esfumando.

Lo esencial para quienes dirigen la banda es conservar la capacidad de matar y, a medida que pasa el tiempo, cabe preguntarse hasta qué punto su monopolio de la violencia armada no está siendo utilizado también como instrumento de coacción respecto a los grupos que tradicionalmente han formado su entorno político. Son muchos los que han ido saliendo por la puerta de atrás a lo largo de los años. Generalmente en silencio. Todavía hoy los que se alejaron discretamente se niegan a pronunciarse. Para ETA es de importancia crucial que ese silencio se mantenga.

La banda no ignora que hay fisuras y que éstas son serias y profundas. En su entorno histórico son ya legión los que, progresivamente, han llegado a la convicción de que la lucha armada no sólo es inútil, sino también contraproducente. Especialmente tras la ruptura abrupta y trágica de la última tregua, el desánimo ha cundido, de la mano de la idea de que nunca más habrá otra negociación. No mientras ETA no la favorezca anunciando antes su renuncia a la lucha armada y entregando las armas.

El empecinamiento de las sucesivas direcciones etarras en utilizar la violencia como argumento político sólo conduce a la proliferación de los signos de su fracaso.

Ellos parecen ser los únicos incapaces de verlo.

28 julio, 2009

La crisis no es sólo económica (III)

Es indiscutible que el neoliberalismo surgido en los años 70 de la mano de Thatcher, Reagan y la 'Escuela de Chicago', al que prefiero calificar como 'ultraliberalismo', está en el origen de la grave crisis económica presente. En aquellos años se impuso el criterio de que las medidas de regulación y control establecidas a partir de la gran depresión que siguió al 'crack' de 1929 estaban limitando las posibilidades de crecimiento económico; que los estados debían renunciar a su papel subsidiario y desviar los fondos destinados a fines sociales a obras públicas y estímulos específicos a determinados sectores industriales para generar riqueza; que el capital se 'autorregulaba', sin supervisión alguna. como consecuencia del libre juego económico.

Hoy podemos constatar dramáticamente hasta qué punto ese modelo está en el origen del fracaso sistémico al que asistimos impotentes. Y la gran e irónica paradoja es que los estados, a los que se quería lejos de la gestión económica y mirando hacia otra parte, han debido acudir en ayuda del sistema financiero inyectándole cantidades ingentes de dinero para impedir que el conjunto del sistema económico capitalista se hundiera en la miseria.

La incidencia que esa sangría tendrá en la elaboración de los presupuestos futuros y las dificultades previsibles para financiar el déficit generado está aún lejos de mostrarse en todas sus graves consecuencias, pero en Estados Unidos, epicentro del seísmo económico, el hundimiento de varios estados de la unión, singularmente la otrora paradigmática California, habla con elocuencia insuperable de la magnitud y gravedad de una crisis que no acaba de tocar fondo.

Pese a todo lo dicho el discurso ultraliberal se mantiene arrogantemente en todos sus términos. Incluso, aunque minoritarios, hay teóricos que consideran un gran error la intervención estatal para reducir las consecuencias de la crisis. La arrogancia en este caso no tiene su origen tanto en algún tipo de seguridad teórica que haga indiscutibles los dogmas ultraliberales como en la evidencia de que la política rechaza expresamente toda posibilidad de atacar al mal en su viciada raíz. En la confrontación Economía versus Política, incluso en esta grave crisis, la economía -es decir, el capital- exhibe y utiliza todo su poder de coacción sin complejos, exigiendo incluso el sacrificio de los últimos vestigios del Estado de Bienestar.

Parece muy singular que sean precisamente los políticos más conservadores los que promuevan y apoyen las políticas ultraliberales, pero la contradicción es sólo aparente. Lo cierto es que, políticamente, el liberalismo clásico murió hace mucho tiempo. Quienes ahora se autotitulan 'liberales' no muestran ni tienen interés alguno por las libertades y los derechos de los ciudadanos. Su idea de la libertad es, en muchos casos, extremadamente peligrosa pues se funda en lo que se ha denominado con discutible fundamento pero máxima eficacia expresiva 'Darwinismo Social'.

El descubridor de la evolución de las especies por selección natural es completamente ajeno a lo que se ha denominado históricamente darwinismo social. Charles Darwin era una persona compasiva y, en lo que se refiere a las relaciones humanas, partidario de la conciliación frente a la agresión. Eso no fue obstáculo para que a finales del siglo XIX y principios del XX el principio de la selección natural fuese trasladado a las más diversas visiones sociales, tan opuestas y enfrentadas como el marxismo y el fascismo.

Si al materialismo dialéctico de Marx el darwinismo le pareció una confirmación muy oportuna del carácter científico de su doctrina y más específicamente de lógica de la lucha de clases, el nacional-socialismo alemán apoyó su filosofía histórica y su razón de ser en la pureza de la raza, en la necesidad social de la eugenesia y en la esterilización o eliminación física de cuantos fueran ajenos a los parámetros raciales a privilegiar, que eran descritos como 'untermenschen' (infrahumanos).

Ya se tratase de alumbrar a la historia 'el hombre nuevo' o 'el superhombre' la teoría de Darwin, que explicaba la evolución y la supervivencia de las especies en razón a la lucha y a la adaptación al medio, tuvo un extraordinario éxito en los terrenos de la política y de la economía. En cuanto al campo capitalista y ultraliberal, alguien llegó a decir en su día que el típico multimillonario estadounidense era un ejemplo paradigmático de éxito evolutivo del más apto. Por su parte, el pope máximo del ultraliberismo, Milton Friedman, en su ensayo "En defensa de la especulación desestabilizadora" (1960) llega a sostener que el providencial darwinismo social se encargaría de eliminar a los especuladores más nefastos.

Raramente se verá en estos días a quienes se autodenominan liberales aludir directamente al darwinismo social. Son conscientes de que es una teoría polivalente y con connotaciones históricas muy negativas que prefieren eludir, pero lo cierto es que es entre ellos donde se ha instalado, tras su periplo por diversas utopías, esta interesada e impropia manipulación sociológica, política y económica de la teoría de Darwin. Como si el conjunto de las sociedades humanas respondiera a una ley evolutiva natural son ellos los que defienden el individualismo frente a lo colectivo y la omnímoda independencia de la economía contra toda consideración de carácter social.

Esa es la 'filosofía' que impera. Esa es la praxis que ha conducido a Occidente y a buena parte del mundo a la gravísima crisis que actualmente se desarrolla y que probablemente marcará las décadas sucesivas.

Nadie debería ignorarlo. Estamos ante la ley de la selva. No hay principios, sólo fines. Y estos son de una naturaleza profundamente egoísta e inmoral. Nada bueno ni sólido puede construirse sobre esa base.

Foto: Herbert Spencer, primer enunciador del darwinismo social.

Continuará

27 julio, 2009

El 'caso de los espías' de Madrid abre un nuevo frente al PP



Cuando Esperanza Aguirre apareció ayer en televisión tenía mala cara y peor leche. Es improbable, pero tal vez sabía ya que la titular del Juzgado número 5 de Madrid había imputado a los tres guardias civiles contratados como 'asesores' por el consejero de Interior de la Comunidad que preside, Francisco Granados, noticia que se conocería por la tarde. En cualquier caso, el destinatario de sus iras fue Zapatero, al que calificó como "sindicalista retrógrado piquetero" y "prepotente".

Lo asuma o no como tal, la imputación de los tres 'asesores', supuestos espías de miembros del PP en Madrid, constituye un duro golpe para la pretensión de la presidenta de Madrid de mantenerse al margen y por encima de las miserias que proliferan en su partido. Actuó con rapidez y contundencia ante los casos de corrupción aparecidos en la comunidad madrileña en relación con el 'caso Gürtel', alejando de su imagen pública toda connotación de conniviencia. Ahora no es tan fácil. Granados es -mientras ella no lo desmienta- su hombre de confianza y los imputados eran hombres de confianza de éste.

Tras difundirse el 'affaire' del espionaje los tres guardias civiles fueron dejados sin función, pero se les ha seguido pagando sus emolumentos, lo que no deja de ser incomprensible, salvo si lo que se pretende es que mantengan la boca cerrada. Aparentemente Granados y Aguirre confiaban en que el caso fuese archivado y, lo que no esperaban en cualquier caso era que la juez abriese la causa antes de septiembre.

Todo indica que el estudio detenido de los datos solicitados por la juez a Telefónica acerca de la ubicación de los agentes en relación con los vigilados en fechas concretas ha arrojado indicios candentes. Pero, más allá de la realidad del espionaje y de sus propósitos el interés de la juez se orienta a determinar si el consejero de Interior de Madrid incurrió en malversación de fondos para financiar este servicio tan 'particular'.

Parece improbable que los 'asesores' vayan a ser los únicos en declarar. Sólo van a ser los primeros en hacerlo. En función de cómo se desarrollen las cosas, no se puede descartar que Granados sea citado por la juez y no es imposible que también se convoque a Esperanza Aguirre.

El asunto apunta al propio corazón del PP porque los vigilados eran personas vinculadas a Rajoy y a Ruiz Gallardón y los seguimientos se realizan en fechas posteriores a la derrota electoral del PP en las elecciones generales, cuando Aguirre intentaba postularse como alternativa.

La marea interna del PP sigue creciendo, lo que -por muy paradójico que parezca- hace prever fuertes ataques al Gobierno y un otoño caliente.

Pero ahora mismo ¿no se podrían ir de vacaciones todos de una vez?

25 julio, 2009

Obama, ante el racismo policial, invita a cerveza

Barack Hussein Obama tiene una enorme ventaja psicológica respecto a sus conciudadanos afroamericanos. Sus ancestros no fueron nunca esclavos; nunca tuvieron que viajar en la parte trasera de un autobús ni sufrieron acoso o discriminación por razón de su raza. Obama no sufre ningún complejo ni es asediado por rencor alguno. Estudió en la Universidad de Columbia y en la Escuela de Leyes de Harvard, cuya prestigiosa revista dirigió, siendo el primer afroamericano en hacerlo. Nació y se crió en el entorno multirracial de Hawai, hijo de un acomodado estudiante kenyano de la etnia Luo y de una madre de raza blanca, oriunda de Kansas y de origen inglés.

Independientemente de su indiscutible inteligencia, trabajo y habilidad, parece innegable que su destino no hubiera sido el mismo si hubiera nacido en el barrio neoyorkino de Harlem o en cualquier lugar del profundo Sur. Es un privilegiado y lo sabe, del mismo modo que sabe que la lacra del racismo está lejos de extinguirse en el país de los derechos y las oportunidades y conoce las enormes deficultades que existen para erradicar los prejuicios.

Para Obama fue una dura prueba enterarse de las circunstancias de la detención de su amigo Henry Louis Gates, profesor de Harvard y respetada personalidad de la comunidad afroamericana, con frecuentes apariciones en la televisión, incluidos los programas de la superpopular Oprah Winfrey. El presidente calificó como "estúpida" la actuación policial, aunque rectificó más tarde, sin especial énfasis, ante la reacción policial a tal calificativo, que, a la vista del desarrollo de los hechos, parece incluso suave.

El profesor Gates regresaba de un viaje al extranjero y encontró dificultades para entrar en su casa porque la puerta estaba atorada, por lo que reclamó la ayuda del taxista. La escena, vista por una vecina de raza blanca que llamó a la Policía, fue descrita aproximadamente así: dos negros con mochilas están tratando de forzar la entrada a una casa. El sargento Crowley y otro policía acudieron a la llamada, encontrando ya a Gates en el interior de su casa. Crowley le instó a salir al porche para identificarse, a lo que Gates respondió negativamente: "¿Por qué? ¿Porque soy un hombre negro en América?"

Gates acabó identificándose adecuadamente en el interior de su casa y exigió al sargento que hiciera lo mismo, a lo que éste -según Gates- se negó (el policía lo desmiente). El profesor, muy excitado, realizó una llamada telefónica a un destinatario desconocido en la que dijo estar siendo acosado por un policía racista.

Crowley aparentemente opta por retirarse pero es entonces cuando Gates sale finalmente al porche, donde se había congregado ya bastante gente, para denunciar su racismo y exigirle a gritos que se identifique. Entonces, Crowley le anuncia que está detenido y le esposa, bajo la acusación de alterar el orden público. Toda una demostración de 'buena fe' y buena práctica policial.

Ahora Obama pretende reunir al policía "estúpido" y "racista" y al ofendido profesor a tomar una cerveza en la Casa Blanca y hacerse una foto de reconciliación. Dudo que Gates, especialista en historia y antropología africana y afroamericana que ha calificado su dramática experiencia como una muestra del "acoso racial que sufren los negros en Estados Unidos" por parte de la Policía, se avenga al apaño, pero en cualquier caso es evidente que una cerveza y una foto insincera no curan a una sociedad enferma.

24 julio, 2009

CEOE, con el PP y contra el Gobierno

Cuando la crisis económica estalló los gurus del neoliberalismo estadounidense se apresuraron a subrayar que toda crisis, además de ser una desgracia para unos, contituye una oportunidad para otros. Los resultados espectaculares de Goldman Sachs serían la confirmación de esa tesis, al menos a nivel financiero. Sin embargo, a nivel social nadie ve la crisis como una oportunidad, especialmente en lo que respecta al empleo. Nadie salvo la patronal española, que, según todas las evidencias, se ha propuesto desmantelar el estado de bienestar en su propio beneficio.

Reclamar el despido libre y una reducción hasta del 6% en la aportación empresarial a la Seguridad Social nunca ha sido conveniente ni oportuno, pero ahora, en plena crisis y con el paro creciendo, lo es aún menos. Suena más bien a provocación gratuita e irresponsable y ha causado la indignación del Gobierno y los sindicatos, en la medida en que ha sido una patada tan arrogante como inaceptable a la mesa de diálogo, en la que los empresarios habían fingido negociar hasta ahora. En la cena celebrada anoche en La Moncloa fue imposible obtener una explicación acerca de los motivos del rechazo de parte del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

Esta tarde se celebrará una nueva reunión, pero, dados los precedentes, lo único que cabe esperar razonablemente es que se certifique la muerte del diálogo social, pese a que nunca ha sido tan necesario como ahora. Todo indica que la patronal no ha jugado tanto a alcanzar unas metas, situadas deliberadamente en niveles imposibles en el último memento, como a deteriorar al Gobierno, sirviendo así a los intereses partidistas del PP más que a los de sus afiliados, especialmente en el caso de los pequeños y medianos empresarios.

Rajoy y Díaz Ferrán tienen muchos puntos en común, además de la obvia coincidencia en ser de derechas. Ambos fueron digitados, antidemocráticamente, por sus antecesores; ambos tienen un talante de autarcas que, en sus respectivos órganos, les inclina a actuar y decidir en la sombra, rehuyendo el debate, y ambos exhiben, cuando lo creen oportuno, una contundencia verbal y dicharachera en público que se transforma en diálogo sereno y 'constructivo' en privado.

El juego, en cualquiera caso, no engaña a nadie que no esté previamente -y deliberadamente- engañado. PP y CEOE se han confabulado contra el Gobierno y se declaran irresponsables respecto a la superación de la crisis e indiferentes respecto a las consecuencias de su irresponsabilidad en el destino de los españoles.

Nadie debería ignorarlo.

Santa Rita Barberá

Rita Barberá está muy preocupada por el paro. Tanto que ha expresado su temor de que ese tema quede eclipsado por el interés generado en torno a sus bolsos Louis Vuitton, los que le habría regalado "El bigotes".

Sería bueno que esa inquietud social sobrevenida se materializase en algún gesto elocuente por su parte. Por ejemplo, entregar los bolsos a alguna entidad benéfica -Cáritas, sin ir más lejos- para que sean subastados a beneficio de quienes comen de la caridad.

Pero ella, que es muy suya, debe decirse: "Lo que se da no se quita, santa Rita, Rita, Rita". Santa Rita Barberá.

22 julio, 2009

La crisis no es sólo económica (II)

El fin de las ideologías e incluso el fin de la historia en su dimensión dialéctica han sido adelantados con infundada precocidad por 'pensadores' estadounidenses. El sociólogo Daniel Bell enunció nada menos que en 1960 el fin de las ideologías. Lo hizo a la vista de los signos que se registraban en la sociedad estadounidense, que nunca fue precisamente un ejemplo de ideologización, en el sentido de que todo debate político era sustituido por la enunciación de metas pragmáticas y que estas se limitaban al orden material, en forma de crecimiento y bienestar.

La polémica y la desautorización no se hicieron esperar, aunque tal planteamiento tuvo mucho éxito en algunos lugares marginales, entre ellos España, donde el ensayista y ministro.de Obras Públicas Gonzalo Fernández de la Mora se erigió durante algunos años en el tótem teórico del régimen franquista a través de la adaptación que hizo de las tesis de Bell bajo el título 'El crepúsculo de las ideologías' (1965). La teoría fúnebre sobre las ideologías, que tanto odiaban el dictador y quienes le rodeaban, le venía a la dictadura como anillo al dedo. El franquismo aparecía, desde ese punto de vista sesgado, como el colmo de la modernidad política y Franco era el profeta y precursor providencial que había salvado al país de la debacle ideológica.

Bell pasó prontamente al olvido, bajo el peso de las evidencias que aportaron en sentido contrario las luchas por los derechos civiles, los movimientos de contestación a la guerra de Vietnam y la sublevación universitaria de la mano de la juventud del 'baby boom' en su propio país. En Europa, el mayo francés, las protestas antimilitaristas y antinucleares en Alemania y Gran Bretaña y la hiperpolitización italiana fueron un mentís no menos contundente a la teoría.

Ciertamente, como decía Bell, las corrientes ideológicas covencionales estaban perdiendo capacidad de movilización, pero eran sustituidas por formas de rechazo de la realidad más radicales y con una inquietante capacidad de autoorganización, creatividad y virulencia.

Cuando a finales de los 80 el mundo del 'socialismo real' (impropiamente calificado como comunista) se derrumba como un castillo de naipes bajo el peso de sus propios errores y de un estancamiento económico extraordinario, otro estadounidense, Francis Fukuyama, ex asesor de Reagan, se precipita a anunciar el fin de la historia, o, lo que es lo mismo, el triunfo irreversible de la democracia liberal frente a todas las alternativas que se le habían opuesto históricamente. A partir de ahí, en teoría, el mundo estaba abocado a una era de tranquilidad y florecimiento económico sin precedentes.

La realidad se encargó bien pronto de desmentir a Fukuyama, del mismo modo que antes lo hizo con Bell. La visceral explosión del fundamentalismo islámico, la ebullición de los pequeños nacionalismos que fragmentaron a Europa aún más de lo que estaba o la emergencia de 'soluciones' social-populistas en América Latina no deja lugar a dudas acerca de la magnitud del error. Eso, por no hablar de la peculiar 'reconversión' de China, que merecería un capítulo aparte.

A Occidente le pierde su pueril convicción de que es el centro y el motor del mundo, su tendencia a trasladar todas las realidades a la escala de las suyas propias y la voluntad de contagiar a todas las culturas del planeta con su 'perfección' liberal-democrática, que no resiste el más mínimo examen, como lo prueba la presente crisis en lo económico y la pauperización del sufragio universal en lo político.

En definitiva, los diagnósticos de Bell y Fukuyama sólo tienen validez -y ésta es parcial- en Occidente y ello, lejos de constituir un signo positivo, conlleva un diagnóstico muy negativo de la cultura occidental, tanto más cuanto todo se mueve y es contemplado ya en un contexto global, planetario.

No puede ejercer como guía universal, por grandes que sean su empeño y su poder, quien atraviesa una crisis de esterilidad intelectual, ideológica y moral tan grave como la que se detecta en el mundo occidental. Especialmente si se tiene en cuenta que dicha crisis es en gran medida artificial, pues parte del silenciamiento deliberado de quienes podrían protagonizar la contestación y la disidencia, y que tal censura -de neta raiz antidemocrática- ya no es practicada por los estados -salvo excepciones puntuales- sino por los grandes complejos multimediáticos que sirven acríticamente a la máquinaria económica, de la que ya forman parte esencial.

Al enterrar virtualmente a las ideologías y a la historia, al primar los intereses del poder económico sobre los de los ciudadanos y al condenar al silencio a toda voz discordante el sistema pone de manifiesto su propia decadencia, su debilidad. La crisis no es sólo económica, no. Su profundidad es mucho mayor y más grave porque su auténtico carácter, previo al caos creado por la avaricia de las minorías, es cultural, moral y político.

Occidente no tiene nada que ofrecer al mundo para fundamentar su voluntad de liderazgo. A partir de una profunda crisis de identidad y de una decadencia no asumidas; en base a la propuesta de principios y valores en los que no se cree y que no se practican ni siquiera a nivel doméstico, no se puede cimentar ningún sueño, ninguna esperanza digna de ser propuesta a todos.

Si no se rectifica -y es harto improbable que se haga-, estaremos en el principio del fin, suponiendo que no nos encontremos ya ahí.

Continuará.

Foto: Francis Fukuyama, autor de 'El fin de la historia y el último hombre'.

21 julio, 2009

Corrupción: ¡Más madera!

Mientras se cierra el cerco en torno al tesorero del PP con nuevas revelaciones acerca de su íntima implicación con Correa en negocios sucios, la inclinación surrealista del PP luce en toda su exuberancia carpetovetónica y mediterránea. Las revelaciones acerca de los regalos de la trama a Rita Barberá huelen a cuerno quemado en las perfumadas estancias del partido de la oposición y como son firmes creyentes en la máxima de que "no hay mejor defensa que un buen ataque" han comenzado a disparar en todas las direcciones.

Por una lado denuncian al ministro de Interior y/o al de Justicia como responsables de la filtración a la prensa acerca de las dádivas a la alcaldesa de Valencia, que, aseguran, conocía la Policía y estaban olvidadas. Todo ello, claro, dentro de una campaña calculada para dañar al partido. Por otro, insisten en la tesis de que todos los políticos reciben regalos, especialmente por Navidad.

Barberá, por su parte, ya no niega expresamente que recibiera los bolsos de Vuitton de parte de 'El Bigotes'; se limita a afirmar que lo que tenga que decir lo dirá ante el juez.

A nivel político el PP expresa su cabreo rectificando su posicionamiento sobre la financiación autonómica, en la que se abstuvieron inicialmente para anunciar a poco que votarán em contra en el trámite parlamentario. Al hacerlo se le concede una significativa victoria política a Esperanza Aguirre sobre Rajoy, una victoria que es cualquier cosa menos anodina.

La visita de Moratinos a Gibraltar, dentro de las reuniones periódicas del foro de diálogo a tres bandas establecido, ha sido ocasión para que a los 'populares' se les hinchase una vez más la vena patriótica de la crítica. Ha debido ser decepcionante para su estrategia que el ministro de Exteriores haya aprovechado su estancia en 'La Roca' para insistir en que España no renuncia a la soberanía sobre el enclave estratégico, pero el ruido ya estaba organizado y mientras hay ruido hay alegría en la calle Génova.

Sin embargo, no veo el modo de que monten una táctica de diversión suficientemente eficaz como para que la gente ignore que, según recientes revelaciones, el probo Bárcenas compartía con el jefe de la trama del 'caso Gürtel' una cuenta en un paraíso fiscal dedicada a procesar el dinero de un proyecto inmobibliario de lujo dirigido por un ex socio del yerno de Aznar.

¿Y los 90.000 euros en dinero negro ganados por el ex secretario particular de Aznar en un decir amén gracias a su colaboración con Correa?

¡Más madera, es la guerra!

19 julio, 2009

De las falsas anchoas del Cantábrico a los genuinos bolsos de Louis Vuitton

Cuando Rita Barberá consideró oportuno aprovechar los micrófonos y las cámaras para dar a conocer a los cuatro vientos su peculiar interpretación sobre el 'affaire' de los trajes de Camps, supuestamente regalados por Álvaro López, 'El Bigotes', mano derecha de Alfonso Correa en la Comunidad Valenciana, el país entero se desternilló de risa una vez superada la perplejidad inicial. Comparar las anchoas que el presidente de Cantabria regala a Zapatero como presente institucional con los trajes que Camps habría recibido de manos de una empresa beneficiaria de algunos millones de euros de la institución que éste preside no se le ocurre ni al que asó la manteca.

Ahora resulta que la chusca comparación entre ternos de lujo y anchoas del Cantábrico (que en realidad no lo son *) podría no haber sido tanto una torpe defensa (daba implícitamente como cierto el regalo que Camps niega) de su compañero de partido como una inesperada señal de que la alcaldesa de Valencia tenía el rabo de paja.

"Nunca nos ha dado nada, pero tampoco nos ha hecho nada", comentó 'El Bigotes' por teléfono, mientras contaba a su interlocutor que estaba comprando a la regidora valenciana un bolso de Louis Vuitton, el cuarto desde 2005. La conversación intervenida, realizada en enero y revelada ahora, deja a Barberá a los pies de los caballos. Y ello pese a que todo indica que los bolsos no pagaban favor alguno por su parte.

Barberá, ante las evidencias, podría haber admitido que aceptó los regalos por cortesía hacia otra cortesía pero, sin duda asesorada legalmente, lo ha negado, como hizo Camps. ¿Estaba 'El Bigotes' atribuyénose gastos falsos para engrosar su propio peculio? Dada su catadura, no sería desdeñable esa posibilidad, pero tampoco es irrazonable que el secuaz de Correa estuviera sembrando para poder cosechar en otro momento.

Lo cierto es que las anchoas falsamente cántabras que Revilla regala a Zapatero son considerablemente más baratas que los bolsos que el cortés "Bigotes" asegura haber regalado a Barberá. Un genuino bolso del diseñador galo tiene un precio que oscila entre los 350 euros como mínimo y los 4.000 como máximo.

Cabe preguntarse cuántos Vuitton posée Barberá, donde los compró, si tiene los recibos..., pero ésto no sólo aburre sino que además apesta.

(*) Por determinación de la UE la veda del bocarte se mantendrá hasta 2010.


La crisis no es sólo económica (I)

La economía no es una ciencia; la sociología, tampoco; la filosofía, aún menos. Ninguna de tales disciplinas ha podido establecer nunca leyes de validez universal basadas en pruebas incontestables. La razón es simple: las dos primeras tratan de realidades vinculadas al imprevisible y supuestamente errático comportamiento humano, basado en percepciones e intereses subjetivos. La filosofía, por su parte, intenta establecer leyes y verdades sin los instrumentos precisos para su demostrabilidad. El conocimiento empírico y la herencia cultural conforman generalmente el laberinto filosófico, que ha generado millones de páginas a la mayor gloria de la impotencia intelectual.

Con frecuencia las tres frágiles disciplinas se asocian para intentar generar una concepción general del mundo, del hombre y de la historia cuya síntesis deviene ideología. Su fundamento es básicamente voluntarista y su aspiración es llegar a legitimarse 'científicamente' en la práctica a través de su aplicación política. Sin embargo la acción política, descrita como "el arte de lo posible", es la consecuencia última de un pragmatismo nada objetivo en la medida en que se basa en la conciliación de contrarios y en la mera voluntad.

Cuando Adam Smith trata de establecer su idea-motor en el sentido de que la economía se rige por un supuesto orden natural que tiende a su propio bien y por ende al de todos hace un hallazgo crucial para su justificación que denomina "la mano invisible" (¿Dios acaso?). Cuando la sociología tropieza con algo que no cuadra en sus planteamientos lo denomina 'serendipia', termino que se puede traducir como 'azar', pura chiripa. En cuanto a la filosofía, cabría hablar de su autodestrucción por reducción al absurdo, fragmentada en decenas de escuelas entre lo 'post' y lo 'neo', que más que hacer afirmaciones aventuran hipótesis y propuestas. Postmodernidad, pensamiento único o pensamiento débil son algunos de sus deleznables frutos más recientes.

El sofisma ha sustituido al silogismo; la improvisación y el fragmentarismo secuestran el lugar que antes ocupaba el discurso lógico y orgánico; el axioma (verdad supuestamente evidente que no precisa demostración) impera sobre la duda metódica. En la medida en que al liberalismo económico y a la democracia formal les falta ahora su opuesto tradicional, el materialismo dialéctico (base del llamado comunismo), ya no hace falta tener razón o fingir tenerla. Basta con disponer de los medios precisos para que el discurso del poder se extienda como única alternativa. Y el poder (me refiero al económico, fáctico por excelencia) monopoliza esos medios en nuestras sociedades hasta el punto de convertir todo discurso alternativo en una anédota que roza la inexistencia.

La grave crisis económica que está barriendo el mundo ha puesto en evidencia, mucho más allá de lo esperado y esperable, la inanidad filosófica, moral e ideológica de la cultura hasta ahora denominada judeo-cristiana, sostenedora teóricamente de valores humanos y de principios que en realidad no defiende, nunca ha defendido a la hora de la verdad. El discurso ultraliberal, de cuya falacia la propia crisis es la mayor y más incontestable evidencia, se mantiene impune y arrogante en todas las tribunas y rige en gran medida la economía mientras los gobiernos, con fondos públicos y generando deficits hipotecadores del futuro, intentan -inútilmente hasta ahora- sellar las vías de agua generadas por la irresponsabilidad de los defensores de la autorregulación mágica del mercado, de la providencial "mano invisible" que finalmente resulta ser el Estado o, lo que es lo mismo, el conjunto de los ciudadanos, víctimas por partida doble de la avaricia de unos y de la inibición de otros.

Históricamente estamos ante la mayor evidencia de fracaso del liberalismo económico. Políticamente y socialmente, por cruel paradoja, nos hallamos también ante la mayor demostración de impotencia que se recuerde. Los defraudados e inermes ciudadanos se sienten indefensos mientras los gestores del sistema no arriesgan una fecha para la superación de la crisis pero piden la reducción a la nada de los derechos sociolaborales conquistados con sangre, sudor y lágrimas por tantas generaciones.

Los señores, confiados en la domesticación 'irreversible' de las masas de la mano de un crecimiento demográfico bajo cero, no sólo están liquidando todo rastro de la sociedad del bienestar sino que también ponen en peligro, sin escrúpulo alguno, la paz social.

Si esta crisis sigue prolongándose y profundizándose podríamos volver a las convulsiones sociales de los años 30, que siguieron, como las llamas a la chispa, al primer precedente serio de esta crisis sistémica: el crack del 29. ¿Quién quiere tal pesadilla? ¿Es esto una conspiración o simplemente una conjura circunstancial de necios?

Ilustración: Adam Smith.

Continuará.

18 julio, 2009

Muere Walter Cronkite

Walter Cronkite ha muerto en Nueva York a los 92 años. 'Tío Walter', como le llamaban familiarmente muchos estadounidenses, ha sido la figura más relevante de los mejores tiempos de la televisión en EE UU. Fue el primer presentador de informativos televisivos ('anchorman' dicen allá: hombre ancla) reconocido como tal, pues en gran medida él creo la figura y ejerció un indiscutible magisterio, largamente imitado luego, en esa función.

Cronkite era tranquilo y tranquilizador, hablaba en un estilo llano y convicente y siempre separó escrupulosamente la opinión de la información. De hecho sólo raramente expresó su opinión hasta que se jubiló. Si la credibilidad tenía un nombre ése era Walter Cronkite, cuyos informativos alcanzaron, durante casi veinte años de carrera, una audiencia récord que osciló, según los avatares de la actualidad, entre 30 y 70 millones de personas diarias.

Él fue quien informó a la mayoría de los ciudadanos del asesinato de Kennedy y del de Luther King; quien ilustró la guerra de Vietnam en casi toda su crudeza y quien relató los pormenores del primer alunizaje. Su frase de cierre "and that's the way it is" ("y así son las cosas") ha quedado ya en la historia del periodismo, como su "oh boy" cuando el módulo lunar se posó sobre la superficie del satélite, o sus ojos nublados por lágrimas cuando confirmó la muerte de Kennedy.

Naturalmente, en esta hora se cuenta de Cronkite lo que contó, no lo que ignoró; sus éxitos, no sus fracasos; su magisterio, no la discutibilidad del mismo. Siempre es así. Sin embargo, hay otros periodismos televisivos más allá del presuntamente ecuánime y equidistante que Cronkite practicó con tanto éxito. Los Estados Unidos a los que él se dirigió estaban más unidos y más orgullosos de sí mismo que los que le precedieron y los que le sucederían.

Edward R. Murrow, rescatado por el cine con su "buenas noches y buena suerte", entre otras cosas afrontó el Maccarthysmo con valor y con éxito. Se la jugó y finalmente pagó las consecuencias. Dan Rather, sucesor de Cronkite, bregó con los dos Bush, con el padre por el caso Irán-Contra y con el hijo por la invasión de Irak. La época más abyecta de la historia estadounidense acabaría apartándole de un cargo que ocupó durante 24 años, convertido en cabeza de turco por la difusión de documentos sobre el paso de Bush jr por la Guardia Nacional que resultaron ser falsos.

Murrow, Cronkite y Rather, pertenecientes a tres generaciones diferentes, trabajaron en la CBS. Murrow cayó en el olvido, Cronkite es evocado como una figura casi heroica y Rather... pasa los últimos años de su brillantísima carrera profesional en un canal minoritario de alta definición (HDNET).

Y así son las cosas. Buenas noches y buena suerte.

Foto: Walter Cronkite (izq.) junto a Dan Rather.

17 julio, 2009

El Supremo cita a Bárcenas

Francisco Monterde, instructor del caso Gürtel en el Tribunal Supremo, ha citado para el próximo 22 de julio al senador por Cantabria y tesorero nacional del PP, Luis Barcenas, y para el día siguiente al diputado de este partido Jesús Merino como imputados provisionales. La provisionalidad de la imputación se debe a que ambos habían pedido en su momento prestar declaración voluntariamente y en consecuencia se obvia, por ahora, la necesidad de pedir el preceptivo suplicatorio para los dos aforados.

Bárcenas dice estar feliz porque al fin va a poder "explicarlo todo". Cospedal, la secretaria general del PP, también se declara satisfecha "porque por fin puedan utilizar su derecho a defenderse y puedan declarar ante el Tribunal Supremo, después de tanto tiempo". Rajoy, por su parte, sigue sin hablar del tema. Lo más lejos que ha ido hoy ha sido aludir al "ruido" frente a "lo importante" (las nueces, se supone). Todos debemos estar satisfechos porque queda menos para saber qué frutos cuelgan del frondoso árbol del PP: si ruido, si nueces, si caraduras o inocentes.

Alierta, absuelto

Mientras en Valencia el juez rechaza la petición de la defensa de Camps de suspender el proceso en tanto se sustancian los recursos interpuestos, la actualidad nos depara una evidencia de lo útiles que pueden llegar a ser los retrasos judiciales. La Audiencia de Madrid ha absuelto al presidente de Telefónica, César Alierta, y a su sobrino, Luis Plácer, del delito de uso de información privilegiada con ánimo de lucro porque el retraso inicial de un juez en admitir la denuncia causó la prescripción del delito.

El caso se retrotrae, nada menos, que a 1997, cuando, según la Fiscalía Anticorrupción, el actual presidente de Telefónica, que entonces lo era de Tabacalera, se lucró en 1,86 millones de euros por intermedio de su sobrino, Luis Plácer, al que habría utilizado como testaferro para realizar una inversión en Bolsa basada en la información de que disfrutaba, en virtud de su cargo, sobre la adquisición de Havatampa y la subida del precio del tabaco.

Prescripción no es inocencia, pero para el caso... Alierta ha sido absuelto, preside Telefónica y España va bien, como decía quien le nombró tras el fiasco de su amigo "de confianza" Juan Villalonga.

Sí, España va bien para los de siempre. De los de nunca mejor no hablar. De eso se trata.