27 julio, 2009

El 'caso de los espías' de Madrid abre un nuevo frente al PP



Cuando Esperanza Aguirre apareció ayer en televisión tenía mala cara y peor leche. Es improbable, pero tal vez sabía ya que la titular del Juzgado número 5 de Madrid había imputado a los tres guardias civiles contratados como 'asesores' por el consejero de Interior de la Comunidad que preside, Francisco Granados, noticia que se conocería por la tarde. En cualquier caso, el destinatario de sus iras fue Zapatero, al que calificó como "sindicalista retrógrado piquetero" y "prepotente".

Lo asuma o no como tal, la imputación de los tres 'asesores', supuestos espías de miembros del PP en Madrid, constituye un duro golpe para la pretensión de la presidenta de Madrid de mantenerse al margen y por encima de las miserias que proliferan en su partido. Actuó con rapidez y contundencia ante los casos de corrupción aparecidos en la comunidad madrileña en relación con el 'caso Gürtel', alejando de su imagen pública toda connotación de conniviencia. Ahora no es tan fácil. Granados es -mientras ella no lo desmienta- su hombre de confianza y los imputados eran hombres de confianza de éste.

Tras difundirse el 'affaire' del espionaje los tres guardias civiles fueron dejados sin función, pero se les ha seguido pagando sus emolumentos, lo que no deja de ser incomprensible, salvo si lo que se pretende es que mantengan la boca cerrada. Aparentemente Granados y Aguirre confiaban en que el caso fuese archivado y, lo que no esperaban en cualquier caso era que la juez abriese la causa antes de septiembre.

Todo indica que el estudio detenido de los datos solicitados por la juez a Telefónica acerca de la ubicación de los agentes en relación con los vigilados en fechas concretas ha arrojado indicios candentes. Pero, más allá de la realidad del espionaje y de sus propósitos el interés de la juez se orienta a determinar si el consejero de Interior de Madrid incurrió en malversación de fondos para financiar este servicio tan 'particular'.

Parece improbable que los 'asesores' vayan a ser los únicos en declarar. Sólo van a ser los primeros en hacerlo. En función de cómo se desarrollen las cosas, no se puede descartar que Granados sea citado por la juez y no es imposible que también se convoque a Esperanza Aguirre.

El asunto apunta al propio corazón del PP porque los vigilados eran personas vinculadas a Rajoy y a Ruiz Gallardón y los seguimientos se realizan en fechas posteriores a la derrota electoral del PP en las elecciones generales, cuando Aguirre intentaba postularse como alternativa.

La marea interna del PP sigue creciendo, lo que -por muy paradójico que parezca- hace prever fuertes ataques al Gobierno y un otoño caliente.

Pero ahora mismo ¿no se podrían ir de vacaciones todos de una vez?

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