06 noviembre, 2006

Ante, de, sobre... Ehpaña


A quienes me recriminan tener ‘abandonada’ la política española:

Lo hago por mi propio bien y por el suyo. Me aburre y me cabrea este bucle de representación (en el sentido teatral) política que, especialmente por parte de la derecha, da por sentado que somos idiotas. Odio que la comedia se repita implacablemente y evito sentirme obligado a repetirme al comentarla.

Espero que mis hipotéticos lectores compartan mi rechazo tanto a la existencia impune del bucle ominoso como al desarrollo por mi parte de la ingrata tarea del burro de noria.

De todos modos, unos pequeños y rápidos apuntes sobre lamentables hechos recientes:

- Elecciones catalanas: Lo previsible. Ganó la abstención. Esa entelequia denominada 'mayoría silenciosa' va creciendo en la misma medida que lo hacen la indecencia y la indiferencia de la clase política.

El PSC ha recibido el varapalo que muchos guardaban para Maragall y que ha crecido en contundencia, seguramente, por el rechazo a un candidato designado por el presidente del Gobierno central tarde y mal.

¿Ciutadans? Una irrelevante consecuencia del hartazgo popular, como los nada insignificantes 60.000 votos en blanco (sólo 29.000 menos que los advenedizos). ¿Qué política van a hacer aparte de la del “me opongo”? ¿Qué propone su programa sino vaguedades?.

El tripartito se reedita. Quizás sea el menor de los males, especialmente si el PSC y ERC han aprendido algo de su patética primera experiencia.

- ETA: Previsible pese a todo. El robo de las armas ha sido una gratuidad, sin duda programada incluso antes del alto el fuego, en previsión de contingencias, como parte del proceso de negociación. Pretenden mantener dentro de lo verosímil su único capital: la capacidad de intimidación. Fue un golpe fácil y efectista en respuesta al registro de las ‘herriko tabernas’, que teóricamente precede a su cierre e incautación.

El ‘Zutabe’ de octubre no contiene grandes novedades, incluidas las amenazas de costumbre. No asumen que han perdido o fingen no hacerlo. Pretenden la paralización del Estado de derecho en su propio beneficio sin dar nada a cambio y definen las actuaciones que les perjudican como “agresiones a Euskal Herria”.

Ellos se creen Euskal Herria, del mismo modo que el PP se cree España. Van, con la cabeza muy alta, hacia ninguna parte. Si vuelven a matar, como tantos temen, se habrán suicidado.

- PP: Sólo una cosa. Tras el acuerdo con el PSOE para la reforma del Estatuto andaluz Rajoy declara que el término “realidad nacional” no significa nada. ¿Entonces a qué vino el numerito interminable del ‘serrompespaña’ organizado a costa del Estatut? Son inefables.

Por cierto, la recusación de la presidenta del Tribunal Constitucional, fundada en que su marido, a petición de la Generalitat, habría redactado un informe sobre el Estatut (cosa que la institución desmiente) bate todos los récords. Y no sólo porque la imputación sea falsa.

¿Se supone que los esposos piensan o deben pensar lo mismo sobre las mismas cosas? ¿O lo que se da por sentado es que la mujer debe plegarse a los deseos y opiniones del marido? No se puede insinuar la posibilidad de prevaricación de un modo más estúpido, perverso y políticamente incorrecto. ¡Cuántas grandes oportunidades de guardar silencio pierde esta gente!

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