Tras el debate televisivo de anoche entre los candidatos a la presidencia de la República Francesa, Ségolène Royal y Nicolas Sarkozy, nadie parece tener claro quién ha salido vencedor. Aún no hay resultados de ningún sondeo fiable y los analistas coinciden en que la confrontación pública, que algunos juzgaban decisiva, podría no haber cambiado nada.
Pero algo sí ha cambiado en realidad. De hecho, las versiones digitales de los principales diarios galos no se abren hoy con Royal y/o Sarkozy, sino con Bayrou. “Yo no votaré a Sarkozy”, ha dicho el líder centrista, lo que, puesto en positivo, significa “votaré a Royal”. El líder político ‘numero 3’ de Francia, que ha renunciado expresamente a recomendar a sus electores el voto a uno u otro de los contendientes en la segunda vuelta, había rechazado pronunciarse hasta después del debate. Al hacerlo ahora no cabe dudar que su opinión pesará.
La UDF, que Bayrou preside, afronta una situación peculiar en esta segunda vuelta de forzoso voto útil: mientras el jefe de filas rechaza a Sarkozy, éste es el preferido de la mayoría de sus diputados, pero la situación se invierte entre sus votantes, que mayoritariamente optarán por Royal.
A tres días de la votación y con un 20% de indecisos (antes del debate) sería gratuito arriesgar un pronóstico. Lo evidente, en cualquier caso, es que los franceses no ignoran que afrontan un momento histórico crucial. La alta participación en la primera vuelta no deja dudas al respecto. La próxima presidencia no podrá eludir la necesidad de un cambio y el sentido que éste haya de tener diferirá mucho en función de que sea elegido uno u otro de los candidatos.
A nadie se le oculta que una reforma en profundidad es más verosímil si la patronea Royal con el apoyo de Bayrou que si es Sarkozy el protagonista. La república languidece, la democracia pierde verosimilitud, los desafíos se han pospuesto sistemáticamente, el modelo está agotado... El electorado se debate entre dos miedos típicos: el de que todo siga igual y el de que todo cambie.
¿Es conservadora la Francia del siglo XXI o todavía es capaz de afrontar el ‘riesgo’ de las innovaciones? La solución, el domingo. Las urnas revelarán el futuro.
Leer online: http://laspiral.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario