03 julio, 2003

El lobo tras la puerta

Ya está el lobo tras la puerta. Cuando el pasado 25 de junio (ver Archivos, a la derecha de la página) escribía "me preocupa que 120 ministros se hayan reunido en Sacramento para oir la palabra de Dios" no imaginaba que la ley del todopoderoso imperio estadounidense fuera a imponerse tan pronto. Ayer el Parlamento Europeo acordó poner fin en 2004 a la moratoria que limita la importación y comercialización de organismos genéticamente modificados (en lo sucesivo OGMs). (1)

Desde 1998 sólo estaban permitidos en el mercado europeo 18 productos trangénicos: diversas variedades de maíz, aceites, soja, patatas, tabaco, endivias, algodón, colza, remolacha azucarera, flores y achicoria . A partir del año próximo todo indica que la mayoría de los países europeos serán teritorio abierto al consumo masivo y probablemente indiscriminado de OGMs. La decisión, dadas las limitaciones ejecutivas del Parlamento Europeo, se deja en manos del gobierno de cada uno de los quince. Puesto que los países más flexibles a la presión de los Estados Unidos (España, cómo no, Gran Bretaña, Irlanda, Holanda, Finlandia y Suecia) ya habían pedido el fin de la moratoria la cosa está clara.

El acuerdo del Parlamento Europeo no es, pues, más que la vaselina que envuelve el azaroso supositorio para introducirlo mejor. Naturalmente, para no vulnerar de modo escandaloso la corrección democrática se han establecido sendos reglamentos que imponen:

1) la exigencia de un etiquetado que, con el mismo tipo de letra que el de los ingredientes (¿microscópico, como en tantos casos?), señale que se trata de un producto manipulado genéticamente.

2) que el producto supere el dictamen científico de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.


Es ocioso decir, respecto al etiquetado, que resulta bastante fácil eludir la obligación o disfrazar la realidad. Además, una vez que el producto esté en el mercado constataremos que el marketing agresivo que lo acompañará hundirá a no muy largo plazo a la competencia de los productos naturales y que el consumidor acrítico los adoptará con fruición.

En cuanto al dictamen científico, no es más que un eufemismo hipócrita. Si la propia industria que los produce no se ha molestado en realizar la gravosa inversión y el prolongado estudio necesarios para garantizar la ausencia de riesgos de los OGMs, ¿es creible que un organismo público comunitario de limitados recursos pueda seriamente ofrecer garantías respecto a una gran variedad de ofertas que nos invadirán de modo impediato? Diga conmigo NO.

La comunidad europea está exhibiendo una vez más su debilidad frente a la presión y las amenazas de Estados Unidos, dueño de las dos terceras partes de la producción mundial de OGMs y con una extraordinaria potencialidad para convertirse en monopolístico. Y lo hace asumiendo riesgos tan imprevisibles como aterradores para la salud humana y el equilibrio ecológico. (2)

A simple vista, desde la desinformación que padecemos y la impotencia que asumimos, puede parecernos algo anodino, pero la decisión del Parlamento Europeo tiene unas consecuencias políticas de largo recorrido e inquietante gravedad potencial. Todo indica que el tiempo que la UE se concedió como moratoria en este terreno no ha conducido, paradójicamente, a una reflexión profunda sobre las implicaciones de la comercialización masiva de unos productos que son obra de la filosofía ambiciosa e irresponsable del "aprendiz de brujo" en que se han convertido tantos científicos a sueldo.

Cada vez está más claro que aquellos a los que pagamos y mantenemos en puestos de privilegio para que se ocupen de la gestión de los intereses ciudadanos no nos sirven (entiéndase en su doble acepción).

Cada vez es más evidente que nuestro destino está en nuestras propias manos. Y no se entienda éstó como una apelación a la salvación o condena individual. De lo que se trata es de asumir que esforzarse en generar una sociedad civil consciente y fuerte es lo único que puede salvarnos frente a tanta indiferencia, incompetencia y falta de escrúpulos.

1) Algunas experiencias en la elaboración de OGMs.

2) Enlaces a referencias en castellano: IEP (Latinoamérica); Salud y Ecología; Contaminación transgénica; Un caso elocuente.


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