El general Richard Dannatt, jefe del ejército británico no tiene ninguna duda acerca de la magnitud del error de la aventura iraquí que su Gobierno y el de Estados Unidos protagonizan en comandita. Así se lo ha dicho al Daily Mail para disgusto del ‘aventurero número 2’, el simpar Tony Blair. Dannatt desea, sin tapujos, que sus tropas se retiren ‘pronto’ de Irak.
Considera Dannatt que la guerra da alas al terrorismo, evidencia tardíamente reconocida ya por la CIA y que incluso quien suscribe, que no es ninguna lumbrera, apuntó hace casi dos años (4 de Noviembre de 2004).
Cree que la fuerza multinacional carece casi por completo de apoyo popular entre los iraquíes (“Desde luego no nos han invitado. Nosotros hemos forzado la puerta”, dice).
Denuncia la irresponsable improvisación que siguió a la fácil victoria militar, basada “más en el optimismo que en una planificación racional”.
Critica asimismo la ingenua pretension de conducir a Irak a una democracia liberal, pro occidental y ejemplar para el área de Oriente próximo. “Deberíamos revisar a la baja nuestra ambición”, concluye.
Es reconfortante que un militar tan cualificado -a falta de un político honesto- exprese algunas verdades sobre la indecente aventura iraquí. Lo que Blair o Bush respondan a la argumentación de Dannatt ni siquiera merece la pena considerarlo. Son las mismas previsibles mentiras que vienen desgranando desde que decidieron que era una buena idea -y sobre todo, una gran negocio- invadir Irak.
Al servicio de la paz y de la democracia, por supuesto.
Apestan.
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