19 agosto, 2009

Evocación de Aznar, a instancias del PP (I)

"En los ocho años que gobernó el PP, nunca en España se produjo este intento de corrupción de las instituciones democráticas". Lo dijo Cospedal en su esperada reaparición política, a su regreso de tomar el sol -tal vez demasiado- en Marbella, donde realizó las gravísimas denuncias (ante los medios, no ante los jueces) que luego ha suscrito todo el partido como un solo hombre. Dijo eso y también que no tenía nada que añadir a lo ya dicho, que lo ratificaba. Faltaría más.

Horas más tarde, Rajoy, que parece ir siempre un paso por detrás, acudió una vez más a un argumento de Esperanza Aguirre, que, a propósito del espionaje en el PP de Madrid a cargo de su Consejería de Interior, había evocado la dimisión de Narcís Serra en 1995 por presunto espionaje ilegal. "Que nadie se rasgue las vestiduras", dijo Rajoy, ante las denuncias (verbales, insistamos) del PP. O, lo que es lo mismo, el PSOE espía siempre, hombre. Los ciudadanos -como diría Ana Mato- lo saben.

"El señor Aznar, desde luego, no tuvo que dar explicaciones por acontecimientos como estos", añadió Rajoy en un brindis gratuito a quien lo puso donde sigue. Habría que precisar que Aznar, especialmente desde que logró la mayoría absoluta, no dio explicaciones de nada a nadie, lo cual, en un caso como el del envío de tropas españolas a la guerra de Irak sin la aprobación del Congreso supera con creces cualquier "intento de corrupción de las instituciones democráticas", por demás inexistente. Aquella sí que fue una actitud dictatorial, una muestra insuperable de desprecio hacia las instituciones democráticas.

En su desvelado empeño por erigirse en uno de los tres caudillos de Occidente frente al "eje del mal" islámico, ignorando, como Bush y Blair a la ONU, dijo creer firmemente que Irak disponía de armas de destrucción masiva, del mismo modo que antes y después del ataque del 11-M insistió en atribuírselo a ETA. Antes, por conveniencia electoral; después para deteriorar cuanto fuese posible al Gobierno del PSOE. Las malévolas insinuaciones que deslizó en su lamentable comparecencia ante la Comisión de Investigación sirvieron a toda una variada cohorte de sicarios para intoxicar a la opinión pública y sostener la enloquecida hipótesis de que el PP perdió el poder a causa de "un golpe de Estado".

Bajo su Gobierno fueron enviados policías españoles para participar en interrogatorios ilegales en la ilegal cárcel de Guantánamo, sin que sea descartable que participasen, al menos como testigos, en las torturas que les eran infligidas a los prisioneros en el limbo alegal que es la base estaounidense en territorio cubano.

Cuando se habla de democracia en relación con las legislaturas del PP hay que hacerlo muy bajito y con mucha prudencia porque a quien lo hace le puede ocurrir lo que al bobo que escupe hacia arriba.

Mañana hablaremos sobre la Justicia en la época del PP, otro ejemplo de buen hacer democrático. ¿Han olvidado ya a Jesús Cardenal? ¿Y a Fungairiño? ¿Y a Gómez de Liaño?...

Continuará.


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