Aparte de cantidades crecientes de polen, hay algo en el aire, como diría Tom Petty (‘There’s something in the air’). Él venteaba revolución, el muy ingenuo. Yo, que no consumo ningún tipo de estupefaciente (ni siquiera televisión), venteo simplemente la apertura de la veda mediática, el fin de la impunidad de la línea ‘destroyer’ del PP.
Tras un prolongado periodo de gracia, desde hace algunos meses se ha comenzado a detectar algún que otro puyazo crítico contra los excesos populares por parte de algunos exegetas políticos nada sospechosos de veleidades izquierdosas pero seguramente afectados de vergüenza ajena hasta un punto que llegó a hacerse insoportable.
Más recientemente, el viraje en redondo de ABC y de los medios del grupo Vocento no ha dejado lugar a dudas acerca del hecho de que la derecha moderada (el centro-derecha, que se dice), en su nivel socio-económico y mediático, está harta de la deriva gamberra del PP.
Antes de eso, a Rajoy le sacaron los colores y le pusieron los puntos sobre las íes los empresarios del Círculo Ecuestre de Barcelona, que no son precisamente catalanistas ‘enragés’. "Aunque a su partido le puede reportar votos, ¿podemos vivir los dos años que quedan de legislatura en este estado constante de crispación?”
Ahí le dieron. La respuesta a la pregunta-clave es NO. Y aunque no exista ninguna constancia al respecto (por razones obvias), todo indica que la banca, razonablemente inquieta, ha dado el visto bueno al fin de la impunidad. Las evidencias sonrojantes que proporcionó la reciente convención del Partido Popular fueron, sin duda, el punto de inflexión.
“No tienen remedio”, debieron decirse los defraudados ‘patrocinadores’ del sistema.
Si el hipotético compromiso del ‘núcleo duro’ financiero es suficientemente sólido y serio no creo que tardemos en apreciar sutiles cambios en la línea del PP. Las dificultades son considerables, si se tiene en cuenta que hasta ahora ha sido Aznar, vigía-delegado de Occidente (el vigía-jefe está en Washington), quien ha dirigido el partido desde las sombras de la FAES y que, como parece deducirse de la reciente convención, retiene un alto nivel de adhesión. Su natural empecinado e intransigente y su convicción de que se está haciendo lo necesario (él sí se lo cree, no como otros) para volver al poder, constituye un obstáculo muy serio.
Eso, sin menospreciar las estrategias de quienes aún predican el gamberrismo desde la COPE ni las insidias del rencoroso Pedro Jota, aliado táctico de Jiménez Losantos, aunque más discreto, sibilino y -aunque parezca mentira- viperino que éste.
Let’s wait and see (1), pero tras el paso del ecuador de la legislatura cabe esperar un cierto sosiego y una oposición basada en la crítica constructiva y dirigida hacia hechos reales, no pesadillas terroríficas. Especialmente cuando los sondeos del CIS canten que el PP no va a más Y disculpen si estoy practicando el ‘wishful thinking’ (2) , como el propio PP ha hecho hasta ahora.
Perdonen también el inglés. Es por si me lee el ‘texano’ de la FAES. Para que el 'inamovible' tenga que coger el diccionario. Tal vez mientras busca ‘wishful” encuentre ‘withdrawal’ (3) y le sugiera un acto de lucidez que el país le agradecería eternamente.
(1) Vamos a esperar y ver.
(2) Literalmente pensar deseoso. Pensar y/o creer lo que se desea que se produzca.
(3) Retirada.
Leer online: www.tierradenadie.cc
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