Arte, elegancia, distinción y estilo. Esas son las virtudes del hombre que gobernó España durante ocho años y la metió en una guerra ilegal, tejida con mentiras y codicia; el mismo que condenó a su partido a la derrota por sostener una mentira hasta lo insostenible. Hoy, en la Universidad de Oviedo, Aznar demostró una vez más -ésta con grosera elocuencia- de qué madera está hecho el paradigma de la derecha española, al responder soezmente, con una higa, a los estudiantes que le abucheaban.
En su intervención ante los estudiantes leales, que le habían invitado -supongo- con fondos públicos cuya utilización debería ser discutida, también se mostró a la altura de las circunstancias: "el jefe de los pirómanos no puede ser capitán de los bomberos", dijo el incendiario número uno. En alusión a Zapatero, por supuesto. El tema era la crisis, un problema que el eximio prepotente arreglaría en dos patadas. Y seguro que en nuestros traseros.
Los estudiantes, que le abucharon dentro y fuera del recinto, le habían llamado terrorista y criminal de guerra, cosas que a nadie le gusta oir, pero responder con una higa... ¡Por favor! Además, ni siquiera eran del PSOE porque entre sus gritos se podía distinguir el de "PSOE y PP la misma mierda es".
"Hay algunos que parecen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí", aseguró el incólume irónico. ¡Qué humor tan envidiable! Si es que está hecho un chaval.
Foto Reuters
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