20 enero, 2009

El País da primero


Quien da primero... da dos veces. Eso es lo que anuncia hoy 'El País', que va a dar primero en la fusión de las redacciones del periódico y de la web; que se va a convertir en una empresa de producción de contenidos de cara a ambos soportes y también a los teléfonos móviles; que el futuro, en fin, ya está aquí. Un futuro en el que los periódicos de papel habrán pasado a la historia o habrán cambiado esencialmente.

El consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, le da un plazo máximo de quince años a la imposición de esa realidad, que tantos se vienen negando a aceptar por comodidad y por el simple hecho de que el cambio va a requerir tanta lucidez profesional como imaginación y creatividad, cosas de las que las empresas informativas no están especialmente sobradas. Cebrián no es un precursor iluminado. Hace casi dos años que 'The New York Times', un periódico de referencia mundial, anunció el inicio de ese rumbo.

En febrero de 2007, Arthur Sultzberger, editor y propietario del NYT, llegaba a afirmar que no sabía si dentro de cinco años estarían imprimiendo el diario. "¿Y saben una cosa?", añadía. "No me preocupa". "Internet es un lugar maravilloso y estamos dirigiéndonos ahí". "Nuestra meta es gestionar la transición de la imprenta a Internet", afirmó en aquellas declaraciones, que muchos atribuyeron al descenso considerable de los beneficios en los cuatro años anteriores.

También 'El País', ahora, responde más a las devastadoras consecuencias de una grave recesión económica (que ha llegado seguramente para quedarse más tiempo del que todos quisiéramos) que a la urgencia asumida de proceder a un cambio ("reinvención" lo llaman) que probablemente proyectaban hacer más tarde y de modo más meditado. No se trata sólo de que descienda la difusión de los diarios (que también) sino que -más específicamente- se trata de que la fuerte contracción del consumo redunda en una reducción drástica de la publicidad y en un replanteamiento de sus tácticas para llegar al comprador potencial con menor gasto y esfuerzo.

Nuevamente 'El País' protagoniza la innovación periodística en España. No olvido cuando, en su aparición, el diseño del diario era calificado como 'un horror' (y un error) en todas las redacciones. Meses después el 'horroroso' diseño era copiado masivamente. Entonces el diario de PRISA abría una brecha en una muralla de desinformación que todos consideraban impenetrable. Ahora, 32 años después, bastante más conservador pero no peor como medio de información, afronta la aventura de reinventarse, "la única forma viable para que dentro de 10 años siga existiendo", asegura Cebrián.

Llevo bastante tiempo sosteniendo que el fin de la 'Galaxia Gutenberg' (*) es algo más que una pesadilla indeseable. Lo he sostenido frente a periodistas bastante más jóvenes que yo, que siempre argumentan con el 'ejemplo' de la radio y la TV, medios que se vieron en su momento como una amenaza que resultó finalmente irreal. Y lo he sostenido aquí, en 'La Espiral', en diversas ocasiones pero especialmente en la serie "¿Hacia el fin de la 'Galaxia Gutenberg'?, título eufemísticamente envuelto en signos de interrogación.

No me produce satisfacción especial -y mucho menos alegría- tener razón. La cuestión es que la historia no se detiene por el hecho de que no nos guste su rumbo o porque seamos incapaces de preverla ni siquiera cuando ya está encima. Saber eso, asumirlo y ser coherente con ello es básico para ser un periodista digno de tal nombre, alguien que no engaña a nadie en la misma medida que evita engañarse a sí mismo.

(*) Hacia el fin de la Galaxia Gutenberg (I) (II) (III) (IV) (V) (y VI)

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