Se inicia el éxodo masivo veraniego y yo debo volver a donde suelo tras haber 'disfrutado' mis propias vacaciones. No he escrito gran cosa últimamente, pero este mes de agosto escribiré aún menos en 'La Espiral'. Nada, para ser exacto.
Espero, eso sí, concluir - o al menos avanzar- en el interminable relato "Secuelas de un día de sol de primavera" en 'Desolaciones', más por vencer el reto que me tiene planteado que por ninguna clase de entusiasmo literario o expectativa ilusa.
Tal vez haga algo, si tengo humor, en 'Toda esa música', pues tengo pendientes desde antes de mis catástrofes informáticas dos posts, uno sobre Warda Al Jazairia, cantante argelina en la onda tradicional de la canción arabe que entronca con Um Kalzoum, y otro sobre Adrew Bird, compositor, cantante y violinista estadounidense de considerable originalidad.
El resto será silencio.
Disfrutad el descanso, cargad las pilas y reconsiderad el rumbo porque no hay destinos inalterables. A la vuelta la crisis económica empezará a mostrar su auténtico rostro y habrá que mirarla directamente a los ojos.
Finalmente, no quiero dejar de felicitarme y felicitaros por las dos últimas cornadas que la Justicia le ha infligido al más popular de los insultadores de oficio de este país de nuestros dolores. Tal vez los obispos también aprovechen este mes vacacional para reflexionar sobre los destinos de la Cope, ese púlpito de la injuria gratuita que es cualquier cosa menos cristiano.
Salud.
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