Josep Piqué llevaba demasiado tiempo desayunando sapo. Su figura en el PP, como responsable del partido en Cataluña, desentonaba más que una flor en un vertedero. Lo que ha sucedido era inevitable y, de hecho, lo sorprendente es que el ex ministro de Asuntos Exteriores se haya mantenido en su puesto hasta ayer por no se sabe qué fidelidad perruna a Rajoy o qué iluso posibilismo sobre un hipotético golpe de timón rumbo al centro de la formación ‘refundada’ y regida -sí, todavía- por Aznar.
La derrota del PP (entiéndase derrota, por ahora, en términos de navegación) proa a la colisión sistemática y al previsible naufragio había sido denunciada precozmente por Piqué. No le tembló el pulso en su día ante el riesgo de señalar hacia el puente de la nave y nombrar a dos de sus responsables, Acebes y Zaplana, como figuras prescindibles, obvios obstáculos para llevar la embarcación a buen puerto.
Su suerte estaba echada desde aquel día. Ayer se pusieron las cartas boca arriba: Acebes había perpetrado su venganza, dejando en humillante fuera de juego al presidente del Partido Popular de Cataluña en la gestión de la campaña electoral de las generales de 2008. Desautorizado, marginado y harto, el ofendido anunció su dimisión irrevocable. Lo contrario hubiera sido incomprensible.
A Rajoy, por supuesto, no se le ha movido un pelo. El impertérrito Don Tancredo que """preside""" el PP, tras conversar varias veces a lo largo del día con el dimisionario para pedirle que siguiese, ha compuesto su expresión más convincente e ilusionada para salir a la palestra y afirmar que ahora se abre en Cataluña “una nueva etapa”. Si no fuera tan penoso sería para troncharse de risa.
“La política no es fácil y a veces es muy dura”, ha dicho la voz de la impasible experiencia a la hora de oficiar las exequias políticas de la nueva víctima catalana del asta derecha del morlaco que dice dirigir. “Piqué -dijo, inconsciente de la ironía implícita en sus palabras- ha hecho lo que ha podido como presidente del PP en Cataluña”. Nada más cierto. Lo que Piqué no ha podido hacer es lo que su partido no le ha permitido.
A Rajoy le ocurre exactamente lo mismo: hace lo que puede. Es decir, lo que le dejan. Y no le dejan apenas nada. Ya no le ocurre porque se ha hecho a las armas y sabe lo que el partido que le dirige espera que diga y haga, pero a lo largo de esta legislatura no han sido pocas las ocasiones en que ha tenido que desdecirse bajo la presión de los ‘escoltas’ que el dedo implacable de Aznar le asignó en su momento.
Piqué, rehabilitado por su dimisión, ha dejado de ser la figura patética que clamaba periódicamente en Cataluña por un poco de sentido común en su partido. Con Rajoy no hay cuidado. No seguirá su ejemplo.
A la espera de algún cataclismo providencial que hunda al Gobierno, seguirá desempeñando su patético papel, su tragicómica impostación, que parece salida de “La venganza de Don Mendo”, hasta la derrota final.
Algunos precedentes:
- La 'picadura' de Piqué
- El barco borracho
- Rebelión a bordo
Leer online: http://laspiral.blogspot.com
2 comentarios:
¿Se habló ya del sustituto de Piqué? ¿te imaginas a Zaplana de presi del pp catalán? je, je..
ELECCIONES 2008
Los Fernández Díaz
El PP en Barcelona
Rafael del Barco Carreras
En equipo con Joseph Piqué Camps, hombre políticamente creado por Pujol, y colaborador (empleado) de Javier de la Rosa. Con esos antecedentes cualquier equipo político debiera desaparecer y dedicarse a anexas empresas, o en las de Lara de Planeta, otra estrella. En Madrid, Jorge Fernández Díaz, en Barcelona Alberto Fernández Díaz, y con Enrique Lacalle Coll, financiado por De la Rosa, quizá por conocer con exactitud por sus cargos en el Ayuntamiento y Consorcio de la Zona Franca el destino, forma y maneras, del Gran Desfalco. No en vano se sentaba en las mismas asambleas que los otros financiados, los socialistas de Serra y Maragall.
Me equivoqué al escribir sobre el mayor, Jorge. Yo le tenía por abogado, él ni lo recordará, cuando visitaba el locutorio de “jueces y abogados” por los 80 en La Modelo, por el caso Seguros Sociales, y resulta que es ingeniero, y era, inspector del Ministerio de Trabajo. ¿Qué hacía allí un Inspector de Trabajo presentado como abogado en un caso donde con absoluta seguridad habían inspectores de Trabajo involucrados?. Un caso que de darle la publicidad que merece entra de lleno en la Gran Corrupción, www.lagrancorrupcion.com. Cien importantes empresarios involucrados, cuarenta detenidos, todos en libertad con fianza a los máximo cuatro meses, y Juan Piqué Vidal, defensor de la mayoría, y de uno o dos, Pascual Estevill, unos detenidos y otros, curiosamente, no, y juzgados diez años después sin ingresos en prisión. Liquidaciones falsas, no ingresadas, con sellos y registro. Cobraban en efectivo el 10 % de la deuda, y liquidada. Nunca jamás se detuvo en Barcelona a tanto empresario, ni con los cientos involucrados en algo parecido, las liquidaciones por IVA, también en manos de Piqué Vidal y Pascual Estevill (una de las operaciones de sus extorsiones). Lo viví, y lo cuenta Antoni Piñol, secretario de Juan Piqué Vidal (que entró en la Fiscalía a denunciar a su Jefe y salió como denunciado), en su escaso libro “La toga manchada de Piqué Vidal”, Ediciones de la Tempestad, 1998, con Vicens Cardellach Marsá y su gestoría, p
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