25 febrero, 2013

Una vergüenza


Como obedeciendo a una consigna dictatorial, prácticamente la totalidad de la prensa española coincidió el domingo en ignorar o depreciar (y despreciar) una de las mayores movilizaciones sociales de la historia, con cientos de miles de personas en las calles de toda España. Prefirió destacar lo previsible: la exculpación de la familia real por parte del patético Urdangarín. En Cantabria, donde más de 15.000 personas protestaron en la capital contra el golpe de estado financiero, el periódico hegemónico retrasó la información hasta una página par, la sexta, con una sola foto, inelocuente además. Mientras, los honores de apertura de la información regional se concedían a una exposición arqueológica (tres páginas y siete fotos). ¿Significativo? Por supuesto, aunque sea involuntariamente. La prensa española practica la táctica del avestruz y pretende contagiar su síndrome a toda la sociedad, cuya reacción sólo puede ser una: ignorar a quien ignora.

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