29 diciembre, 2012

Eurovegas, república independiente.- Al inquietante Sheldon Adelson la comunidad de Madrid le ha hecho un traje a la medida. A la medida de sus exigencias, ajenas a toda consideración hacia varias leyes vigentes en el ex-Estado español, y a la de sus oceánicas ambiciones. Al magnate del juego se diría que le hizo la boca un fraile, pero se ignora quien fabricó la conciencia y la dignidad del PP madrileño, brillantes por su ausencia. 
La aprobación de las regalías a la ínsula Perdularia tuvo lugar, significativamente, en la misma sesión en que fue aprobada la privatización de la gestión de una treintena de infraestructuras sanitarias de la comunidad. Una fecha para marcar en marrón en el calendario: el día en que la comunidad que alberga la capital del Estado y sus principales instituciones se bajó los pantalones, por partida doble, ante el dios Dinero, mientras dos parlamentarios del PP eran sorprendidos 'in fraganti' matando el tiempo con sus maquinitas, ajenos a todo. Todo un retrato al minuto de este desgraciado país.
La vergüenza es incesante en España y su causa es un montón de sinvergüenzas que se regalan o regalan a otros bienes y privilegios que deberían ser intocables en todo Estado que se respete a sí mismo y a sus ciudadanos. Suma y sigue. Esto ya no hay dios que lo aguante.

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