16 diciembre, 2011

La marginación de Amaiur como síntoma


El Partido Popular se ha hecho un precoz e inquietante retrato de cuerpo entero, aún antes de tomar posesión del Gobierno, al impedir a Amaiur la formación de un grupo parlamentario y permitir que UPyD sí lo constituya con un diputado 'prestado' provisionalmente por el partido de Álvarez Cascos.

El restrictivo Reglamento del Congreso es claro en este terreno: con una interpretación literal de su contenido ninguno de los dos partidos podría tener un grupo propio; Amaiur porque uno de sus siete diputados, el de Navarra, no alcanzó el 15% de los votos requeridos y UPyD porque no logró el 5% de los emitidos en el conjunto del Estado.

Amparándose en "el amplio margen de interpretación de la legalidad parlamentaria reconocido por la propia jurisprudencia constitucional" el cuerpo jurídico del Congreso ha emitido un informe sibilino y contradictorio que devuelve la pelota a los políticos, ya que  "nunca ha anulado una decisión de la Mesa respecto de la constitución de Grupos Parlamentarios".

Abundan los precedentes en los que se ha hecho la vista gorda para favorecer la creación de grupos por parte de las minorías, pero siempre con el consentimiento de la Mesa del Congreso. Ahora es un solo partido, poseedor de una abrumadora mayoría absoluta, quien lo impide en un caso y lo tolera en otro, pese a que el 'préstamo' ficticio de un diputado ajeno es un truco barato y una burla grosera del Reglamento, que paradójicamente ya había sido denunciada en su día por Rosa Díez, quien ahora se beneficia de lo que calificó otrora como "chapuza" sin el más mínimo escrúpulo de conciencia. Y, por supuesto, Díez aplaude la marginación de Amaiur, pese a que cuenta con dos diputados más que UPyD.

Son, pues, motivos políticos los que han pesado en la decisión de 'recortar' el peso político de Amaiur en el Congreso al limitar su uso de la palabra y capacidad de participación casi a lo anecdótico, en la medida en que formará parte del Grupo Mixto, integrado en esta legislatura por siete partidos. Se pueden comprender las reticencias que expone el PP respecto a Amaiur. Cuando se ha jugado de un modo tan cínicamente partidista y tan irresponsable con la política antiterrorista es complicado hacer comprender a una 'clientela' intransigente cualquier debilidad respecto a un partido cuya presencia parlamentaria es posible gracias al cese de la lucha armada anunciado por ETA, en el que se resisten deliberadamente a confiar.

Lo que no se comprende tan fácilmente es que se apele a un Reglamento tantas veces subvertido para negarle a un partido lo que se le concede a otro que cuenta con menor apoyo popular y que no tiene ningún inconveniente en perpetrar, a la vista de todos, un fraude de Ley lamentable. No es así como se hace verosímil la democracia y no es así como debe utilizarse una mayoría absoluta. Sin un mínimo respeto a las minorías esta democracia limitada y públicamente contestada como 'no representativa' por el movimiento 15-M se convierte en una caricatura definitivamente patetica.

Foto: Los miembros de la Mesa del Congreso, con el presidente de la cámara, Jesús Posadas, al frente.

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