Fracaso nacional.-
Si existe una medida elocuente del fracaso de un país es esta. Cuando casi la
tercera parte de los trabajadores ocupa puestos de rango inferior a su
cualificación resulta, por un lado, que se han malgastado enormes recursos
en la formación y que ésta no se ha enfocado adecuadamente, y por otro, que más
de un 30% de la población laboral se siente -comprensiblemente- frustrada y
desmotivada. Queda muy bien la palabrería sobre I+D+i, pero mientras tanto - y
más ahora, con la que está cayendo - los universitarios más prometedores
abandonan el país en busca de un sueldo justo y una experiencia laboral acorde
con su potencial y el resto debe conformarse con lo que pueda encontrar,
ocultando además sus méritos académicos para que no le discriminen. Fracaso, sí, un
trágico fracaso.
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