El engaño húngaro.- Quienes pensaron en su día, como yo,
que la ampliación de la UE de 15 a 27 miembros, instada en gran medida por EE
UU, era voluntarista y precipitada no pueden sorprenderse ahora ante el fiasco de Hungría. Al igual que Grecia hizo antes, Hungría ha falsificado
la realidad de sus finanzas, lo cual, aunque el país no pertenece a la Eurozona, agrava
aún más las perspectivas de la Unión. Ante esta situación en la que los países
maquillan sus balances, mejor no preguntarse lo que hacen los bancos con los
suyos. Estamos ante una crisis del sistema llamado capitalista, que se basa en
la utopía de un crecimiento permanente y progresivo. Cuando, inevitablemente,
el castillo de naipes se derrumba el coste lo pagan los ciudadanos con décadas
de sacrificio y sufrimiento. Pero no pasa nada. Nunca pasa nada en el mejor de
los mundos.
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