21 diciembre, 2008

La economía virtual (III): Recapitulación



Tras casi una semana de involuntario silencio (1), retomo esta serie sobre la economía virtual con el propósito de que no sea tan larga como he llegado a temer. La razón es que buena parte de la argumentación que podría utilizar ya ha sido al menos indicada en las siete entregas de la serie 'Refundar la democracia', cuya relectura recomiendo a modo de recapitulación previa a algunas conclusiones no explicitadas en dicha serie.

En especial, la consideración (o reconsideración, si ese es el caso) del documental 'El dinero como deuda' es de importancia primordial para comprender el resto de esta serie sobre la economía virtual. La obra del excelente pintor y artista gráfico canadiense Paul Grignon es de tal transcendencia que ya tiene numerosas versiones en diversas lenguas, realizadas por espontáneos entusiastas, y está dando la vuelta al mundo.

El éxito de 'Money as debt' (web del autor) tiene una razón muy simple: por primera vez la teoría (y práctica) monetaria vigente, cuyo conocimiento en detalle, como el propio Grignon subraya, está vedado a la mayoría de la población mundial, es explicada en toda su cruel simplicidad. La virtualidad del dinero -la inexistencia material de la mayor parte de él- queda al descubierto. Algunos pueden pensar que el documental no es otra cosa que un bulo más de internet, pero no es así. Se trata de una información de la que todos debemos disponer para conocer a fondo el mundo en que vivimos y el origen de una fenomenología que, pese a parecer ajena y distante de nuestra vidas, las condiciona hasta más allá de lo tolerable.

'El dinero como deuda', con un planteamiento eminentemente didáctico y ameno, nos da pistas abundantes acerca del origen de la crisis económica que sacude al mundo y está produciendo día tras días indeseables secuelas sociales. El fraude a largo plazo está en la propia esencia de la economía virtual, en la medida en que parte de la idea utópica de un crecimiento permanente que se basa en el aumento, asimismo constante, de la deuda. Cuando colapsa el subyacente esquema Ponzi 'mejorado' los daminificados se cuentan por millones, ya lo sean por vía directa o por causa del desvío de fondos de los estados a fines no sólo impropios sino también escandalosamente contradictorios con la libertad de mercado que sus beneficiarios habituales siguen reclamando, incluso ahora, con inefable cinismo.

Foto: Paul Grignon

1) Nuevamente he sufrido un incomprensible siniestro informático. Mi ordenador Acer Aspire M3610, comprado en junio, se niega a arrancar. Afortunadamente está en garantía, aunque nunca sé si eso significa algo.


Continuará.

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