17 septiembre, 2007

'Ratastrofismo' electoralista


¡Qué suerte para los gobernantes que la gente no piense!
Adolf Hitler

Así ha visto mi admirado JRMora el anuncio por parte del PP de que su programa electoral contendrá un plan de vivienda alternativo (y mejor, naturalmente) a las promesas del Gobierno en ese terreno. Perdón a cuantos/cuantas odian la visión de una rata incluso en una película de Disney, pero hay que admitir que la imagen de este asqueroso roedor posée una eficacia metafórica inigualable.

Al Partido Popular le ha entrado, de repente, una vocación social inédita en su historia y extraordinariamente paradójica, si se tiene en cuenta -y debe tenerse- que es el valedor natural de los intereses empresariales y financieros y confeso seguidor del ultraliberalismo ‘neocon’ (véase la trayectoria ‘privada’ de Aznar como botón de muestra).

Una muestra cómica -si no fuera más patética- de esa sobrevenida ‘conciencia social’ de la más rancia derecha española es su alegre y demagógica propuesta de que los tomadores de hipotecas disfruten de un año de carencia en su pago si ingresan en las filas del paro. Aparte de desentenderse de las posibilidades de fraude que su propuesta favorecería, es obvio que pasan de hacer cualquier cálculo numérico sobre la viabilidad y previsibles consecuencias de su genial idea. Sólo pretenden engañar a los que se dejen y hay que reconocer que no faltan.

Su pretensión de que el Gobierno pacte con ellos los presupuestos porque va a ser el PP quien, tras las elecciones, tenga que ejecutarlos y quieren evitar que Zapatero incluya en ellos sus ‘delirios’ sociales no sólo es una bufonada-balandronada muy propia de Rajoy y su tribu, sino también una absurdez como la copa de un pino.

Lamentablemente, ese es el juego. Un partido que se ha pasado toda la legislatura intoxicando a la opinión pública por todo y por nada no tiene problema alguno para vender ahora su ‘demagogia social’ y su catastrofismo económico a beneficio de hipotéticos réditos electorales.

Quienes sucesivamente han atribuido al Gobierno la ocultación de datos esenciales sobre el ataque terrorista del 11-M y lo han transformado en una conspiración: quienes se rasgaron las vestiduras ante la defensa del Plan Ibarretxe en el Congreso a sabiendas de que se iba a quedar en agua de borrajas; quienes montaron un escándalo y blandieron el fantasma de la ruptura de España a propósito de un ‘Estatut’ que previsiblemente iba a ser “cepillado” en el Parlamento y pese a ello lo recurrieron ante el TC; quienes convirtieron deslealmente la política antiterrorista en caballo de batalla y atribuyeron al Gobierno cesiones a ETA perfectamente conscientes de que no existían… Esos, digo, ¿creen tener aún algún crédito en sus afirmaciones o sus promesas?

Pues parece que sí. Ahora creen haber hallado el filón económico-social. Están ‘preocupadísmos’ por la burbuja inmobiliaria y sus consecuencias sociales y económicas y nunca admitirán que fueron ellos, cuando gobernaban, quienes la alentaron. Incluso hablan -de modo irresponsable y falso- de recesión económica y la atribuyen a una política económica que es exactamente la misma que ellos practicaron. ¿Quién da más en despropósitos?

Leer online http://laspiral.blogspot.com



4 comentarios:

Anónimo dijo...

No quise pasar de decirte que recibo tus feed vía correo, aún así se agradece el aviso.
Aunque sea para asuntos de ratas...
Saludos

MAX Y LULA dijo...

Creo que los "cálculos numéricos sobre la viabilidad y previsibles consecuencias de su genial idea" se los van a encargar a Solbes :-)

José Ramón San Juan dijo...

Gracias, Jrmora. Por partida doble: por no poner objeciones a que reproduzca tus viñetas y por estar entre mis suscriptores. Espero que en alguna ocasión un post mío te sirva de inspiración. Tus dibujos, con frecuencia, me han ahorrado palabras con elocuencia más que suficiente.

José Ramón San Juan dijo...

Amigo Max: Solbes ya tiene trabajo suficiente con desmentir infundios (como el de que algunos bancos españoles hayan pedido socorro al BCE) y recortar las cartas electoralistas a los Reyes Magos que escriben algunos ministros. La propuesta demagógica del PP se la cargó el Congreso hace unos días.