Es imposible prever cómo evolucionará la situación creada tras el brutal ataque de Israel a Líbano. La urgencia que, tras el alto el fuego, muestran tanto el gobierno israelí como el de Estados Unidos por que se produzca el despliegue de las fuerzas internacionales de la ONU sugiere que ambos tienen conciencia de que es Hezbolá quien ha ganado esta partida y temen que tome posiciones estratégicas ventajosas en la frontera.
Mucho menos que eso les preocupa al agresor y a su socio transoceánico el informe de 22 páginas elaborado por Amnistía Internacional sobre la actuación del ejército israelí en su más reciente y arrogante aventura. La organización humanitaria acostumbra a ser ignorada o minimizada por los medios y la 'sequía' informativa de este verano seguramente no va a alterar esa costumbre. AI no dice nada que no hayamos pensado muchos a la luz de las noticias que llegaban sobre los desproporcionados y 'gratuitos' ataques sufridos por Líbano.
El informe concluye que la destrucción de miles de casas, puentes, carreteras, así como plantas de depósitos de agua y combustible fue una parte integral de la estrategia militar de Israel en Líbano más que “daños colaterales” resultantes de la elección legítima de objetivos de genuina significación militar. Resumiendo: estamos ante crímenes de guerra.
Hace ya tiempo que el Gobierno israelí se puso la venda para tapar la herida que ahora se le imputa. A raíz de la matanza de Qana, donde murieron 54 civiles, 37 de los cuales eran niños, que sobrecogió al mundo, argumentaron que Hezbolá utilizaba a la población civil como 'escudos humanos'. Cada cual puede creer lo que le parezca e Israel sabe bien con quién puede contar a la hora de dar por buenas sus mentiras, pero resulta difícil no compartir la interpretación que el especialista en Oriente Próximo de Amnistía Internacional USA, Marty Rosenbluth, hace acerca del objetivo real que perseguían la brutalidad y arbitrariedad de los ataques. “La extensa destrucción -dice- de pisos, casas, servicios de agua y electricidad, carreteras, puentes, fábricas y puertos, sumada a las afirmaciones de oficiales israelíes, sugieren una política de castigo al Gobierno y a la población libanesa para conseguir volverles contra Hezbolá”.
El importe de los daños causados a Líbano por la orgía destructiva de la aviación israelí se estima en 5.000 millones de dólares. Esa es la derrota de Líbano (no de Hezbolá), pero ¿dónde está la victoria de Israel? Simplemente no está, no existe. Si pretendían enfrentar a los libaneses con Hezbolá y generar una guerra civil han conseguido justamente lo contrario. Si su propósito era destruir a la milicia chií han constatado que, para tratarse de una ‘organización terrorista’, posée una espléndida formación militar y un excelente entrenamiento, notable habilidad para la guerra de guerrillas y un arsenal nada despreciable, de cuya existencia nadie parece haberse enterado previamente en los míticos servicios de inteligencia judíos.
No se matan moscas a cañonazos. Esa es la ‘gran novedad’ estratégica que Estados Unidos ha tenido que afrontar en Irak e Israel ha constatado en Líbano. Se puede destruir un país desde el aire de modo seguro y cómodo, se puede invadir en cuestión de días con los blindados avanzando a 40 kilómetros por hora y disparando a discreción, pero la destrucción y la victoria ya no son en absoluto sinónimos. El rival débil se transforma en un ubicuo enemigo en la sombra que multiplica sus acciones hasta llevar a la desesperación y la impotencia al teórico vencedor mediante tácticas guerrilleras y terroristas.
Pero la ‘Derrota’ de Israel va más allá del fracaso en su propósito de enfrentar a un enemigo casi invisible mediante una desproporcionada potencia de fuego y unos reservistas fondones, jadeantes y desmotivados. El mayor fiasco tiene que ver con el generalizado rechazo internacional y la condena global que ha provocado la incomprensible aventura libanesa. El mundo ya está harto de la arrogancia israelí, indiferente a las resoluciones de la ONU y despreciativa con las mediaciones persuasivas que intentan que reconsidere su política. También, desde hace tiempo, viene creciendo el número de israelíes que rechazan el estado de guerra permanente y la intransigencia sistemática de sus gobiernos respecto a los palestinos. Invariable postura, tanto si éstos están representados por la posibilista OLP como si es la igualmente intransigente Hamás quien ejerce el liderazgo.
Y para concluir, algunas inquietantes preguntas:
- ¿Por qué cada vez que los palestinos reconocen el derecho a la existencia de Israel, o lo consideran seriamente, las cosas empeoran de modo vertiginoso?
Ejemplos:
- Isaac Rabin es asesinado por un joven ultraortodoxo tras el acuerdo alcanzado con Arafat en Oslo. Ariel Sharon provoca la intifada al pasearse, fuertemente custodiado y en campaña electoral, por la Explanada de las Mezquitas. Arafat pasa meses sin poder abandonar la Muqata, que fue atacada por Israel.
- El jeque Ahmed Yassin, líder de Hamás, un anciano tetrapléjico, es víctima de un ‘asesinato selectivo’ perpetrado por helicópteros israelíes. Al parecer, estaba considerando la posibilidad de que su organización reconociera el derecho de Israel a la existencia, lo que habría supuesto un cambio cualitativo fundamental en el conflicto.
- La última escalada, que alcanza con la invasión de Líbano su punto máximo, se produce cuando Hamás negocia un pacto para la salida de los presos palestinos de las cárceles israelíes en un documento que reconoce implícitamente la existencia del estado de Israel.
- ¿Quién mató al ex primer ministro libanés Rafik Hariri?
Hechos:
- Un informe de la ONU, promovido por EE UU y Reino Unido (no precisamente una garantía de imparcialidad), concluye que hubo intervención de oficiales sirios y de la inteligencia libanesa en el atentado que costó la vida al político, distanciado de Siria.
- Como consecuencia del clima creado las tropas sirias abandonan Líbano (Abril 2005), donde se hallaban desplegadas desde 1976, con ocasión de la guerra civil que contó con la relevante participación de los palestinos, expulsados de Jordania por el rey Husseín.
- Israel ataca e invade Líbano so pretexto de combatir a la milicia de Hezbolá, que había 'secuestrado' a dos soldados judíos.
Preguntémonos. ¿Qui prodest?
¿A quién beneficia el asesinato de Rafik Hariri? ¿A Siria, para quien Hariri era un peligro irrelevante y que se vio forzada a abandonar Líbano, o a Israel, que ha podido atacar e invadir impunemente tras la retirada Siria?
Documentos relacionados:
Vista aérea parcial de Beirut: Antes y después.
¿Una sede de Hezbola? Error. Un edificio de viviendas en Beirut.
Marea negra en el Mediterráneo, por gentileza de la aviación israelí. Una realidad escasamente difundida.
Postre (sabroso):
George Galloway, expulsado del Partido Laborista británico por su feroz discrepancia con la línea oficial (Blair) respecto a Irak. Lo tiene claro y no se calla ni bajo el agua. Mucho menos ante Sky News (Murdoch, ya saben, el 'campeón' de la libertad)
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