Cada país necesitaría, en cada generación, al menos un Émile Zola que levantase su voz contra las mentiras oficiales, la manipulación mediática y los prejuicios de la sociedad; alguien que, arriesgando su seguridad y su comodidad, tuviera el coraje moral y civil de alzar su voz frente a las inercias de las corrientes predominantes en defensa de la verdad. Buscar y defender la verdad, además de ser un derecho, es un deber cuando se trata de impedir no sólo que se perpetre una injusticia aislada sino que toda una sociedad se envilezca apoyando la verosimilitud y el éxito de una conspiración 'conveniente'.
Zola ilustra, como precursor, el papel comprometido y ejemplarizador del intelectual respecto a la sociedad, pero el amplificador de su voz fue un diario, 'L'Aurore', después de que otro, 'Le Figaro', rechazase su posicionamiento, desafiante frente al poder político y militar. Esta es una cuestión crucial. Si la grandeza moral y la audacia de una persona concreta no es secundada por un medio que transmita su mensaje a los ciudadanos su gesto, aunque valioso y necesario, es estéril.
Vivimos tiempos en los que, desgraciadamente, a la falta de coherencia y coraje personal de los intelectuales se suma la complicidad de los medios con un 'statu quo' pestilente, dominado por intereses económicos y políticos que no sólo no representan en absoluto a la ciudadanía, sino que actúan como enemigos de ella. Si alguien quisiera publicar hoy el equivalente a la devastadora denuncia de Zola sólo tendría Internet como tribuna. Los necesarios 'Yo acuso' del momento presente no tienen cabida en los 'mass media' y eso, lejos de ser un apunte anecdótico, sintetiza el drama y ejemplifica la decadencia de la idea de democracia en nuestras sociedades.
Sólo sabemos lo que nos dejan saber. Sólo opinamos lo que nos proponen los argumentarios maniqueos de partidos y medios comprometidos con intereses ajenos e incluso contrarios a los de los ciudadanos.
¿Quién (y dónde) gritará la evidencia de que el Rey está desnudo?
Nota: Este texto ha sido motivado por la relectura del artículo 'Yo acuso', de Emile Zola, repoducido -muy oportunamente- en el blog 'Otras voces, este ámbito'.
Información sobre el 'Caso Dreyfus': (pinchar aquí)
Ilustración: Zola, retratado por Manet.
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