El patio valenciano de Monipodio.-
En la Comunidad Valenciana la creatividad a la hora de desviar fondos públicos a los bolsillos privados es exuberante y desprejuiciada. Casi dos millones
supuestamente destinados a la ayuda al desarrollo han acabado convertidos en
inversiones inmobiliarias de una oscura fundación
presidida por una persona ya inhabilitada judicialmente por malversación y
apropiación indebida. En dicha comunidad está de moda la creación de
fundaciones supuestamente filantrópicas que ocultan oscuros intereses, como
reveló ya en julio El País.
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