07 octubre, 2010

Breve



El patio valenciano de Monipodio.- En la Comunidad Valenciana la creatividad a la hora de desviar fondos públicos a los bolsillos privados es exuberante y desprejuiciada. Casi dos millones supuestamente destinados a la ayuda al desarrollo han acabado convertidos en inversiones inmobiliarias de una oscura fundación presidida por una persona ya inhabilitada judicialmente por malversación y apropiación indebida. En dicha comunidad está de moda la creación de fundaciones supuestamente filantrópicas que ocultan oscuros intereses, como reveló ya en julio El País

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