El anuncio de tregua realizado por ETA vía vídeo de encapuchados no contiene ninguna novedad que permita deducir que ha cambiado ni un ápice, que ha hallado la salida del laberinto en el que lleva medio siglo perdida. Salvo aportaciones posteriores -que se aguardan, pero sin esperanzas-, ésta es una más de las treguas tácticas planteadas por la banda, forzada en este caso no sólo por su situación de debilidad sino también por la presión crítica de la izquierda abertzale.
Dado que ya existe experiencia suficiente respecto a estos movimientos, la respuesta del Estado no debe ser otra que una negativa terminante a cualquier tipo de diálogo porque el diálogo otorga a ETA una entidad política y una representatividad de las que objetivamente carece. Y además cualquier compromiso al que la banda pueda llegar puede transformarse en papel mojado en cuestión de horas, dadas las divisiones dogmáticas y sectarias que subsisten en su interior.
La "solución democrática" que ETA insiste en defender no puede ser planteada por un grupo de terroristas que siempre ha despreciado las urnas y que, estúpidamente, ha pretendido arrancar el derecho de autodeterminación por las armas. ¿Está "agotado" el marco autonómico, como ellos afirman, en sintonía con todos los nacionalistas? No, en absoluto; sólo los que pretenden imposibles lo ven agotado.
Lo pida quien lo pida, la exigencia de que (sólo) los vascos decidan requiere una reforma constitucional esencial, que tendría que ser votada por todos los españoles. Ellos y nosotros sabemos cuál sería el resultado de ese referéndum. Entonces, ¿por qué insisten?
No sólo no ha logrado ninguna conquista política a lo largo de su historia, bañada en sangre y brutalidad, sino que ha perjudicado severamente a la causa que dice sostener. El rechazo de la izquierda abertzale a la violencia como arma política es expresivo del fracaso histórico etarra. Si ETA quiere ser realmente y consecuentemente útil a Euskalherría el camino pasa por la entrega de las armas y la disolución. Cuanto más tarden en asumirlo, peor para todos, pero sobre todo para ellos.
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