04 febrero, 2005

Vergüenza ajena


Aznar hablará hoy ante el pleno del parlamento estadounidense (Congreso y Senado) en defensa de la guerra de Irak, honor (el de dirigirse a las cámaras, no el de defender la vergüenza de Irak) reservado exclusivamente para los más fieles entre los fieles. El discurso lo pronunciará en castellano porque el inglés -con acento de Texas- lo habla sólo en la intimidad. Si yo fuera él creo que, en el último momento, me vería súbitamente asaltado por alguna enfermedad que impediría mi presencia en tan sonrojante situación.

Claro que para ponerse enfermo antes hay que estar sano...

Ayer mismo transcendía que Aznar ha enviado una carta a Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea (supuestamente el Gobierno de la UE) proponiendo la creación de una comisión mixta UE-EEUU destinada a levantar las barreras proteccionistas existentes entre ambos entes. A ello ha respondido la Comisión, con lógico desdén, que "no hace falta inventar la rueda" puesto que la UE ya cuenta con órganos dedicados a tan delicado fin.

Estados Unidos tiene mucha prisa por rentabilizar mediante un torrente de exportaciones la devaluación del dólar frente al euro y, aparentemente desconocedor de las antipatías que despierta en Bruselas "míster Ansar", le ha movilizado para que engrase el carro. Y nuestro hombre, que no se corta un pelo, se ha puesto a la tarea sin ningún escrúpulo ni rubor. Nadie debería sorprenderse si tuviera en cuenta los precedentes personales de nuestro "caudillito", pero todo encaja mucho mejor si se considera que el inmediato destino que parece haberse reservado a sí mismo a partir del 14 de marzo es el de "conseguidor" (disculpen el eufemismo) en el sustancioso eje político-comercial Washington-resto-del-mundo. Para ello ya ha situado como cabeza de puente a su yerno, el del apellido impronunciable y el inquietante parecido físico con Henry Kissinger. Sí, el de la alucinante boda en El Escorial.

El futuro duque de Aznar ha conseguido hacer buenos a sus predecesores en el cargo. Él, sin embargo, seguro que se cree un hombre providencial, destinado a ocupar un lugar destacado en la historia. Y en cualquier caso es preciso decir que lo que nosotros pensemos le trae absolutamente sin cuidado. Hasta ahí podríamos llegar...

Rectificación: Contra lo que afirmaba ayer, la comisión de investigación que Blair creará concluirá sus tareas antes de las elecciones. El primer ministro británico confía, sin duda, en llegar ante las urnas limpio de polvo y paja, lo cual, dada su trayectoria, es imposible, pero cuando uno tiene a buena parte de su propio partido en contra y es apoyado por la oposición en temas puntuales relevantes no es imposible que vuelva a ganar las elecciones sin tener que cambiar de partido.


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