15 enero, 2012

Fiasco levantino.- Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la Comunidad Valenciana, con el mayor índice de crecimiento económico de España, aparecía como el paradigma a imitar. Camps y sus gentes eran presentados como padres-modelos de una gestión eficaz y nadie parecía (o quería) ver que el gigante tenía los pies de barro; que aquella euforia, aquel derroche y aquella chalanería no podían conducir a nada bueno. Hoy la Comunidad Valencia está en quiebra y la etiología del mal se pone en evidencia, por más que la atención pública se focalice en la minucia de unos trajes regalados.

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