Eurovegas, república independiente.- Al inquietante Sheldon Adelson la comunidad
de Madrid le ha hecho un traje a la medida. A la medida de sus
exigencias, ajenas a toda consideración hacia varias leyes vigentes en
el ex-Estado español, y a la de sus oceánicas ambiciones. Al magnate del
juego se diría que le hizo la boca un fraile, pero se ignora quien
fabricó la conciencia y la dignidad del PP madrileño,
brillantes por su ausencia.
La aprobación de las regalías a la ínsula
Perdularia tuvo lugar, significativamente, en la misma sesión en que fue
aprobada la privatización de la gestión de una treintena de
infraestructuras sanitarias de la comunidad. Una fecha para marcar en
marrón en el calendario: el día en que la comunidad que alberga la
capital del Estado y sus principales instituciones se bajó los
pantalones, por partida doble, ante el dios Dinero, mientras dos
parlamentarios del PP eran sorprendidos 'in fraganti' matando el tiempo
con sus maquinitas, ajenos a todo. Todo un retrato al minuto de este desgraciado país.
La vergüenza es
incesante en España y su causa es un montón de sinvergüenzas que se regalan o
regalan a otros bienes y privilegios que deberían ser intocables en todo
Estado que se respete a sí mismo y a sus ciudadanos. Suma y sigue. Esto
ya no hay dios que lo aguante.
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