Mentiras oficiales
Cuando desde los medios públicos se venden mentiras y se
le regalan al Gobierno silencios cómplices no se puede esperar que la
audiencia se mantenga fiel e imperturbable. El PP nunca lo ha entendido.
Su empeño en confundir información con propaganda se ha manifestado
cada vez que han tocado poder y el exceso de celo partidista de sus
hombres de confianza ha llegado incluso hasta
el ridículo.
Cuando las circuntancias que viven los ciudadanos son tan
críticas y dramáticas como las actuales las mentiras y los silencios
cómplices de los medios públicos son absolutamente inaceptables y el
número de los que desertan de su audiencia crece sistemáticamente.
Los
medios privados pueden hacer (y hacen) lo que les parezca oportuno o
conveniente con la información, a su propia responsabilidad y su propio riesgo. A los públicos, sin embargo, se les
supone una neutralidad y un distanciamiento objetivo que deberían
cumplir inexcusablemente para servir a todos los ciudadanos y no sólo a una
parte.
(Foto: Leopoldo González-Echenique, presidente de RTVE,
primero elegido sin el requisito de lograr el apoyo de dos tercios del
Congreso, después de que el Gobierno eliminase tal exigencia).
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