Breve
Standard and Poors, en la picota.- Tarde y lejos (en Australia), pero las polémicas
agencias de calificación empiezan a recibir su merecido. La condena de
Standard and Poors por avalar con una triple A la fiabilidad
de un derivado financiero (las CPDO, Obligaciones de Proporción
Constante), que ha sido calificado como "grotescamente complejo", tiene
un carácter histórico y abre un precedente jurídico válido
para que, en Europa, reciban satisfacción los afectados por estafas
similares por importe de miles de millones de euros. La sentencia no
deja lugar a dudas sobre el carácter 'mentiroso' de la calificación
emitida por S&P, que ha arruinado a trece ayuntamientos
australianos. La agencia, por su parte, se escuda en el cinismo: "la
calificación es un arte, no una ciencia", dicen.
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