21 mayo, 2009

Yak 42, vergüenza y escándalo

Vergara, en Público (21-4-2009)

El próximo martes se cumplirá el sexto aniversario del accidente del Yakovlev 42 en Trebisonda (Turquía) que costó la vida a 62 militares españoles que regresaban de Afganistán. Este próximo sábado hará cinco años que el juez instructor, Grande-Marlaska, decidió no imputar al ex ministro de Defensa Federico Trillo en relación con la identificación errónea de 30 de los militares fallecidos, que se reveló deliberada. El pasado 11 de marzo la Audiencia Nacional rechazó la comparecencia como testigos de Aznar, Trillo y Bono, cerrando de este modo, definitivamente, la 'vía política' de un proceso de carácter eminentemente político.

El general Beltrán, encargado de la repatriación de los cadáveres, que no de la identificación de éstos, según declaró, ha dicho con toda claridad que había recibido de Trillo la orden de hacerlo "cuanto antes" para que llegasen a tiempo a los funerales de Estado, celebrados dos días después. 30 de los 62 féretros fueron entregados a los familiares de las víctimas a sabiendas de que no estaban debidamente identificados. ¿Quién puede creer que la trapisonda de Trebisonda fue obra exclusiva del general médico Navarro y de sus dos ayudantes condenados? Nadie que considere el asunto con objetividad.

Fue Aznar, según el general Luis Alejandre, ex jefe del Estado Mayor de la Defensa, quien fijó la apresurada fecha del funeral para dos días después del accidente. Y fue Trillo quien trasladó la orden de modo contundente. ¿Desconocían ambos que casi la mitad de los cadáveres estaban sin identificar? Eso es algo más que improbable. Todo indica que políticos y militares trataron de cubrirse las espaldas apoyándose entre sí en la confianza en que el asunto no fuera más adelante. Mientras los políticos intentaban echar tierra a un 'affaire' que estaba protagonizando grandes titulares muy negativos en la prensa, los militares como Alejandre pretendían ocultar sus inhibiciones culpables, la mayor de las cuales sería haber ignorado las 18 denuncias que miembros de las Fuerzas Armadas habán formulado sobre la falta de seguridad de los vuelos.

Al respecto hay un detalle muy significativo. Mientras Alejandre insiste que no tuvo noticia de que 30 cadáveres habían sido repatriados sin identificar, su sucesor en el cargo, Félix Sanz Roldán, asegura que, según éste le confesó personalmente, no sólo lo sabía y advirtió de este hecho en la reunión del Consejo de Dirección de la Defensa celebrada un día antes de los funerales sino que, además, se había mostrado partidario de que los 30 cuerpos no fuesen entregados a los familiares sino trasladados a una morgue, donde se concluirían las tareas de identificación. Por supuesto, Alejandre niega haber tenido tal conversación con Sanz Roldán.

El problema es que mientras resulta imposible imaginar las razones por las que Sanz Roldán se habría inventado una conversación inexistente con su predecesor no hay mucha dificultad para imaginar qué motivos mueven a Alejandre a negarlo. Parece evidente que, con posterioridad a la reunión del Consejo de Dirección de la Defensa, hubo una orden terminante del Gobierno en el sentido de dejar las cosas como estaban. Todo indica que, como en el caso del golpe del 23-F, podríamos estar ante una nueva evidencia de los efectos perniciosos de un particular concepto de la "obediencia debida" que se antepone a la legalidad.

Nos hallamos ante un caso vergonzoso y escandaloso, que no sólo mantiene el descontento de los familiares de las víctimas, que insisten en reclamar responsabilidades políticas, sino que, además, ha causado hondo malestar en ciertos niveles del estamento militar, a la vista de que dos de los condenados como cómplices, los oficiales, sufrirán el mayor de los castigos, pues deberán abandonar la carrera militar, en tanto que el general Navarro, de 68 años, en la reserva desde 2004, probablemente no deberá ni pagar con cárcel, pese a que su condena, la mayor, es de tres años.

Es democráticamente inaceptable que un caso como éste se cierre en falso, sin determinar ni condenar la autoría intelectual, que, según todos los indicios, no es militar sino netamente política.

19 mayo, 2009

Por la vigilancia del mercado

El pasado miércoles, 13 de mayo, la Comisión Europea impuso una multa de 1.000 millones de euros a Intel, la poderosa empresa estadounidense fabricante de procesadores que durante décadas ha dominado el mercado de los ordenadores asociando su progreso al de los sistemas operativos de Microsoft. Concluía así un dilatado proceso de nueve años que tiene su origen en el contencioso planteado por la competencia del gigante, AMD (Advanced Micro Devices), por abuso de posición dominante. La multa es considerable, la mayor impuesta hasta ahora por la Comisión Europea, pero quien debe pagarla ha amortizado más que sobradamente esa cantidad a lo largo de los nueve años transcurridos, convirtiendo el coste que supone la sanción en irrisorio.

Las prácticas monopolísticas de Intel consistían fundamentalmente en la oferta de fuertes descuentos a los fabricantes de material informático más relevantes. Y el objetivo está meridianamente claro: sacar del camino a su competidor, aún a costa de reducir sensiblemente los propios beneficios. Nada nuevo, por cierto. La práctica del 'dumping', teóricamente prohibida y condenada en todo el mundo, es sumamente frecuente, aunque raramente alcanza los niveles y la transcendencia que se registran en el floreciente mercado informático. Ya en 2004 Bruselas había impuesto al gigante del software Microsoft una primera multa de 497 millones, seguida en 2007 por otra de 280. Para la empresa del 'filantrópico' Bill Gates el abuso es algo más que una práctica frecuente; constituye toda una filosofía.

El capital tiende por naturaleza al monopolio, previa eliminación de toda competencia, y ese impulso debe ser férreamento vigilado y corregido por los estados si pretenden -y deberían hacerlo- defender los intereses de los ciudadanos en tanto que consumidores y, asimismo, garantizar su propia independencia frente al creciente poder de las grandes corporaciones multinacionales. El problema principal reside en la globalización de la economía. Resulta inútil que un solo país (o sólo la UE) mantenga firmes posturas antimonopolísticas si otros son cómplices de quienes abusan por sistema de su posición de dominio en un determinado mercado.

Durante los últimos años, regidos por la bajo tantos puntos de vista abyecta administración Bush, Estados Unidos ha ignorado sistemáticamente las maniobras sucias de sus grandes corporaciones y trusts y ello ha redundado en un imprudente aumento del nivel de indefensión de los consumidores y también, en muchos casos, de las empresas de segundo nivel, cuya emergencia se ha visto frecuentemente frustrada. Ahora parece que Obama quiere poner fin al imperio de la ley de la selva. El pasado día 11 su ministerio de Justicia ha derogado el documento que regía la normativa sobre competencia durante la 'era Bush', concebido precisamente para dificultar la posibilidad de que el Gobierno se interfiriera.

Es un primer paso para poner orden y ofrecer unas garantías mínimas en un marco de incertidumbres que sobrepasa ampliamente las fronteras de Estados Unidos y que es de transcendecia crucial en el contexto de la profunda crisis económica que está sacudiendo las estructuras económicas en todo el mundo. El mito ultraliberal de la autorregulación o autocorrección de los mercados nunca se ha parecido más a un cuento para idiotas contado por depredadores sin escrupulos que ahora mismo. El castillo de naipes del crecimiento permanente se ha venido abajo justamente a causa de la culposa inhibición de quienes tienen la obligación de regular y corregir las consecuencias de la codicia enfermiza que padecen los grandes actores de esa conflagración permanente que tiene el mercado internacional como escenario.

Son muchos, por no decir todos, los sectores económicos que deben ser sometidos al escrutinio sistemático de los gobiernos. La banca, la energía o las telecomunicaciones, especialmente. Pero es de vital importancia frustar las fuertes tendencias monopolísticas que se registran en el expansivo sector informático (tanto en el software como en el hardware). La informática se ha instalado en el corazón del sistema y en la vida cotidiana de las gentes y a nadie se le ocultan los riesgos implícitos en la concentración de poder, que, en gran medida, ya es un hecho.

De no hacerlo así, se estará abriendo la puerta a las más indeseables utopías. Google, por ejemplo, tiene ya en sus manos un poder históricamente inédito y su voracidad es cualquier cosa menos tranquilizadora.

18 mayo, 2009

Mario Benedetti: Mucho más que uno

A Javier Ortiz, in memoriam
(*)

Cada día se hace más difícil escribir desde la ineludible melancolía que produce constatar que, poco a poco pero implacablemente, van desapareciendo valiosos referentes individuales de dignidad y coherencia que han aportado a nuestras vidas una tenue luz de esperanza y -frente a tanto fracaso y tanta traición- un bálsamo contra la soledad y la frustración.

Por eso, más que escribir sobre Mario Benedetti, fallecido ayer, a los 88 años, en Montevideo, quiero que sean sus versos los que hoy nos hablen desde su alegría de vivir, enarbolada frente al balance apabullante del dolor, y su nunca desmentida esperanza antropológica, afirmada a despecho de las fatales evidencias de nuestro tiempo.


DEFENSA DE LA ALEGRÍA

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

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POR QUÉ CANTAMOS


Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida nada mas que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos

Si los nuestros quedaron sin abrazo
la patria casi muerta de tristeza
y el corazón del hombre se hizo añicos
antes de que explotara la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos

Cantamos porque el río esta sonando
y cuando el río suena, suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino

cantamos porque el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos

Si fuimos lejos como un horizonte
si aquí quedaron arboles y cielo
si cada noche siempre era una ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por qué cantamos

Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza

cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota

Cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo, en aquel fruto,
cada pregunta tiene su respuesta.

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CREDO

De pronto uno se aleja
de las imágenes queridas
amiga
quedás frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mí

vos sabés
en esta excursión a la muerte
que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño

está demás decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de dios

a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y tus manos
en particular.

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NO TE SALVES

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora,
ni nunca
no te salves

no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

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TE QUIERO

Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.


DESAPARECIDOS Mario Benedetti - Daniel Viglietti



(*) La muerte del periodista y amigo Javier Ortiz el pasado 28 de abril me sorprendió metido en la batalla final de una larga guerra cuyos sórdidos detalles no hacen al caso (tal vez los dé algún día, cuando toque hablar del periodismo y sus miserias). Como consecuencia, no tuve ni el tiempo ni el estado de ánimo adecuado para escribir sobre él. Javier fue uno de los referentes a los que aludo en el primer párrafo y dedicarle este post es un tributo muy insuficiente, que será preciso ampliar. Por alguna razón, más bien obvia, la muerte de Benedetti y la suya se han asociado en mi mente. Ambos fueron resistentes insobornables, defensores de las libertades y del progreso moral y material de la Humanidad. Ambos afrontaron la acusación de parcialidad, formulada desvergonzadamente por los falsos 'neutrales' y 'objetivos', y ambos han dejado un rastro de luz en todo lo escrito que constituye una invitación implícita a no ser cómplices mudos de las fuentes del horror.


16 mayo, 2009

El PP, sin liderazgo

Decía Rajoy que había ganado el debate sobre el estado de la nación "por goleada". Sabía entonces -como lo sabíamos todos- que el CIS sólo tardaría unos pocos días en proporcionar los datos sobre la acogida que el desarrollo de dicho debate había tenido realmente en la opinión pública, pese a lo cual no pudo resistirse a echarse un farol de los suyos, tan pretencioso como falso.

Los 23 puntos de diferencia que el Centro de Investigaciones Sociológicas apunta a favor del presidente del Gobierno son menos de los habituales, pero confirman, sin relativización posible, la falta de liderazgo en la derecha y, lo que es peor, la elección por parte del PP de una estrategia equivocada, que además es la de siempre: la tunda.

No importa el temario y apenas importa la argumentación que Zapatero formule. De lo que se trata es de darle más palos que a una estera y presentarlo como un torpe, un inútil, un irresponsable y -por supuesto- como un mentiroso (por aquello del "llámaselo antes de que te lo llame" con mayor motivo).

Aparentemente Rajoy y sus asesores han decidido ignorar las abundantes evidencias acumuladas de que ese no es el camino y han afrontado el debate sobre el estado de la nación como la ocasión idónea, crisis económica mediante, para clavar todas las agujas disponibles en el muñeco de vudú en que han decidido convertir al presidente del Gobierno, su bestia negra, el hombre que -según su versión para fieles creyentes- les echó de La Moncloa con malas artes.

Tras achacarle durante meses la responsabilidad de una crisis económica, que hasta el menos informado de los españoles sabe que es global (las noticias que se publican hoy sobre las economías de la zona euro son irrefutables al respecto), ahora le atribuyen la falta de medidas para combatirla y le exigen una rectificación, evocando la realizada en su día respecto a la política antiterrorista, como si ésta se hubiera realizado a instancias del PP y no como consecuencia del atentado contra la T4 de Barajas, que se saldó con dos muertes y abortó abruptamente toda posibilidad de diálogo.

Es inútil. Con todos sus defectos o carencias, Zapatero acumula frente a Rajoy un plus de credibilidad y responsabilidad que éste se ha mostrado incapaz de invertir, pese a (o a causa de) todas las truculencias, intoxicaciones y mentiras rampantes acumuladas durante más de cinco años.

Para colmo, la postura de Rajoy y su cúpula respecto al 'affaire' de los trajes de Camps y de su 'numero 2' en la Comunidad Valenciana pone de manifiesto, a la vista de todos, propìos y extraños, la existencia de un doble rasero a la hora de tratar a unos u otros imputados en el vistoso 'caso Correa', según quién sea y dónde esté el presunto réprobo. Si está en Madrid y no ocupa un cargo muy sensible se le suspende de militancia; si está en Valencia y es la cabeza visible en el partido y en el poder político se le cubre bajo el púdico manto de la presunción de inocencia e incluso se sugiere piadosamente su martirologio.

Ahora ya no es Garzón. Ya no se puede interponer como objeción invalidante la supuesta "enemistad manifiesta del juez"; ahora el ministro conspirador con el que el juez coincidió en una cacería ha dimitido, dando un ejemplo del que el PP no ha tomado ni tomará nunca nota. La imputación está confirmada. ¿Cuál es el obstáculo para que se rinda a los ciudadanos el respeto debido? El interés partidista. Rajoy no quiere que al deterioro del potencial electoral del PP en Madrid se sume el de la Comunidad Valenciana. Ambos son los bastiones fundamentales del partido.

Que la corrupción política indigna a los ciudadanos y que esa indignación crece hasta la exasperación en unas dramáticas circunstancias de crisis económica a Rajoy y a los suyos les tiene sin cuidado. Ellos parecen seguir confiando, ahora más allá de lo razonable, en que ese 'totum revolutum' de ultraderecha, derecha y centro-derecha que les ha venido apoyando indesmayablemente en las urnas siga haciéndolo aunque caigan chuzos de punta.

Mientras tanto, las ambiciones frustradas de Rosa Díez, en su día candidata a la secretaría general del PSOE y hoy cabeza visible de una opción centrista, se refocilan ante la perspectiva de que su pequeña pero 'prometedora' UPyD se convierta en banderín de enganche para una legión de militantes del PP crecientemente hartos de caminar hacia ninguna parte dirigidos por alguien que, en su empeño por conciliar contrarios, ya no sabe ni quién es ni cómo ir a donde se supone que quiere llegar.

¿Lo sabe UPyD? A la vista de este video de autopromoción nadie lo diría.