26 septiembre, 2007

'Público', un diario híbrido

Rodeado de grande y lógica expectación ha llegado al mercado periodístico español -a mitad de precio- un nuevo diario, Público, que se presenta como una alternativa ‘de izquierda’ a El País, que aparece en los últimos tiempos sumido en una peculiar (no sé si creíble) deriva hacia el centro-derecha, espacio ya 'tomado' por El Mundo, ABC y La Razón, entre otros. De ahí la dudosa credibilidad de una aventura que tendría todas las característica de un error fatal.

Público sale a la calle con una exclusiva sobre la actual jefatura de ETA más llena de aire que de sustancia y El País se le enfrenta con otra no mucho más enriquecedora: el acta de la reunión entre Bush y Aznar un mes antes del inicio de la guerra de Irak no contiene nada que no supiéramos o supusiéramos.

Más allá de los entresijos de una guerra mediática en la que -se dice- está implicado el propio Gobierno y que implica a La Sexta de TV y el forcejeo por la exclusiva del fútbol, quisiera centrarme en un primer análisis (provisional, somero y prospectivo, por tanto) de este novedoso producto periodístico que es Público.

Debo aclarar que no conozco la versión en papel, salvo la portada y la contraportada (que de hecho es una portada alternativa para la legión de amantes de la información deportiva). Creo, sin embargo, que el contenido de la web y el 'estilo' de las diversas secciones en ella contenidas es revelador de la ‘filosofía’ del invento y a ello me atengo.

El concepto de la portada, que es el mismo empleado en un 'número cero’ utilizado para la publicidad del medio, lo que da motivos para considerarlo como una plantilla, no me gusta. Y la razón es simple: carece prácticamente de jerarquización. Más del 50% de la primera página se consagra a un solo tema, lo que implica el riesgo de verse forzado a ‘hinchar el perro’ gratuitamente en los temidos días ‘clavo’ de la actualidad y defraudar al lector exigente.

Si hubiera que resumir la sensación que causa el primer número de Público habría que decir que es algo extraña y por el momento decepcionante en relación a las expectativas generadas. Se trata de un singular híbrido entre los planteamientos de un diario gratuito y los de uno de pago. A primera vista, un parto de los montes, ni chicha ni limoná.

Saber si ese mestizaje puede ser la fuente del éxito o la prefiguración de un futuro tan negro como el que hoy predomina en su portada requeriría unas dotes de augur de las que carezco. Quienes hayan seguido La Espiral saben de mi pesimismo (*) respecto al futuro de los diarios sobre papel, así que no creo necesario insistir.

Arsenio Escolar, director del gratuito 20 Minutos y padre del director de Público (31 años el hijo, 50 el padre; precocidad familiar), saluda hoy al neonato con una mezcla del escepticismo que comparto y el aliento que me gustaría transmitir. No cree el padre en el futuro de los diarios de pago y así lo ha expresado en diversas ocasiones, pero piensa que el regido por su hijo -periodista y popular blogger- nace “con los deberes ya hechos”, con la crisis periodística asumida, con el cambio que la revolución tecnológica e Internet han supuesto y pueden suponer en la mente.

Ciertamente, nacer con tal capital acumulado, ser profundamente conscientes de las cosas que aún mantienen desconcertados y erráticos a diarios y grupos mediáticos tradicionales, es una ventaja considerable a la hora de diseñar un producto periodístico competitivo y lo será también, sin duda, a la hora de replantearlo con la flexibilidad y prontitud necesarias.

Ignacio Escolar se ha llevado a Público a una nutrida, joven y brillante nómina de profesionales que en muchos casos tienen también una amplia experiencia en Internet, gente con rápidos reflejos y un desarrollado olfato para la noticia y su enfoque. El éxito de la web se puede considerar garantizado. El del diario no está tan claro. Todo es información, por supuesto, pero prensa y web pueden ser descritos, usando un símil zoológico, como especies claramente diferenciadas.

La gran diferencia reside en que mientras Internet está en nuestras casas, nuestros trabajos e incluso en nuestros móviles, el diario reposa en los quioscos, que a veces están en la esquina y a veces no. Y a veces hace bueno y otras amanece un día de perros. Y las ciudades ponen cada vez más obstáculos para estacionar el coche. Y el tiempo libre es un bien escaso. Y el lavado cerebral televisivo es la puerta (falsa) de salida. Por todo eso los diarios gratuitos van agresivamente en busca de los lectores allí donde se encuentran.

En fin. Esperemos y veremos.

(*) ¿Hacia el fin de la 'Galaxia Gutenberg'? (I) y cinco entradas más.


Leer online http://laspiral.blogspot.com


24 septiembre, 2007

137 muertos ¿por la paz?

137 miembros de las fuerzas armadas españolas han muerto en las denominadas 'misiones de paz' en el extranjero. La mayor parte de las víctimas lo fueron de accidentes, como el del Yak-42, que costó 62 vidas y puso en evidencia la falta de escrúpulos del Gobierno del PP, que recogió y repatrió sus restos de un modo absolutamente indecente e indigno.

Hoy han caído dos soldados en Afganistán y otros tres han resultado heridos de gravedad, al parecer a causa de la explosión de una mina. Son muertos a la mayor gloria de Estados Unidos, tropas que están en Afganistán como consecuencia de la pertenencia de España a la OTAN (aunque más tarde la misión fue reconvertida en la ISAF, de la ONU) y cuyo número aumentó a raíz -y en servil compensación- de la retirada de Irak ordenada por Zapatero en cumplimiento de una promesa electoral. En definitiva, son tropas de la OTAN fuera del marco geográfico ‘lógico’ de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que no lo es del norte del Golfo Pérsico.

"Mantenemos nuestro compromiso de construir civil y militarmente el país y evitar que el terrorismo lo controle", ha declarado el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. Qué filantrópico todo.

Lo cierto es que Afganistán es un problema muy particular de Estados Unidos, que, en su día, para derrotar periféricamente a la URSS y poner fin al régimen comunista de Najibullah, armó hasta los dientes a lo mujahidin y favoreció el predominio político-religioso de los talibán, desentendiéndose tras la retirada soviética del destino del país, que nunca ha sido una entidad nacional convencional sino una anarquía de taifas controlados por los señores de la guerra.

Fue la dejación estadounidense la que favoreció que Afganistán se convirtiese en una base segura y un ideal campo de entrenamiento del islamismo más radical. El nacimiento de Al Qaeda es el fruto específico de una estrategia carente de escrúpulos y casi totalmente ayuna de reflexión, que no ha hecho otra cosa que empeorar tras la invasión de Irak.

¿Debe España pagar las consecuencias de una política que su Gobierno parece no compartir y que la mayor parte de la población rechaza? Absolutamente no. Y es hora de dejar de mentir a la opinión pública acerca de las auténticas causas de que las tropas españolas estén arriesgando vidas en Afganistán o en el sur de Líbano en misiones eufemísticamente descritas como “de paz”.

Las mentiras -todos lo sabemos- se pagan tarde o temprano, como bien pudo comprobar el Partido Popular.

Cinismo y desvergüenza

Verdades, mentiras, cinismo y desvuergüenza

Afganistán, el ‘narcoestado’

El mullah Omar amenaza

Armas que vuelven del frío


leer online http://laspiral.blogspot.com

23 septiembre, 2007

Marcel Marceau: El arte del silencio



A los 84 años ha muerto el actor francés Marcel Marceau (Estrasburgo 1923), renovador y recreador genial del arte eterno de la mímica.

Fue un artista extraordinario, capaz de convertir el silencio y el gesto en poesía, en arte mayor.

Deslumbrado desde niño por el Charlot del cine mudo, creó en 1947 un singular personaje, Bip, que es un compendio de la ingenuidad y la ternura del Chaplin más sentimental e idealista filtrado por la especial sensibilidad y el dominio de la expresión física del genio de Marceau, que ha creado escuela y ha vuelto a situar el viejo arte de la mímica en la vanguardia de las artes escénicas, enriqueciendo no sólo el teatro sino también la danza.

En la entrevista -intercalada de actuaciones- que reproduce el video, Marceau condena las guerras y se pregunta cuándo llegará la paz eterna. En el definitivo y grave silencio que le acoge ya conoce la respuesta.

Leer online http://laspiral.blogspot.com

17 septiembre, 2007

'Ratastrofismo' electoralista


¡Qué suerte para los gobernantes que la gente no piense!
Adolf Hitler

Así ha visto mi admirado JRMora el anuncio por parte del PP de que su programa electoral contendrá un plan de vivienda alternativo (y mejor, naturalmente) a las promesas del Gobierno en ese terreno. Perdón a cuantos/cuantas odian la visión de una rata incluso en una película de Disney, pero hay que admitir que la imagen de este asqueroso roedor posée una eficacia metafórica inigualable.

Al Partido Popular le ha entrado, de repente, una vocación social inédita en su historia y extraordinariamente paradójica, si se tiene en cuenta -y debe tenerse- que es el valedor natural de los intereses empresariales y financieros y confeso seguidor del ultraliberalismo ‘neocon’ (véase la trayectoria ‘privada’ de Aznar como botón de muestra).

Una muestra cómica -si no fuera más patética- de esa sobrevenida ‘conciencia social’ de la más rancia derecha española es su alegre y demagógica propuesta de que los tomadores de hipotecas disfruten de un año de carencia en su pago si ingresan en las filas del paro. Aparte de desentenderse de las posibilidades de fraude que su propuesta favorecería, es obvio que pasan de hacer cualquier cálculo numérico sobre la viabilidad y previsibles consecuencias de su genial idea. Sólo pretenden engañar a los que se dejen y hay que reconocer que no faltan.

Su pretensión de que el Gobierno pacte con ellos los presupuestos porque va a ser el PP quien, tras las elecciones, tenga que ejecutarlos y quieren evitar que Zapatero incluya en ellos sus ‘delirios’ sociales no sólo es una bufonada-balandronada muy propia de Rajoy y su tribu, sino también una absurdez como la copa de un pino.

Lamentablemente, ese es el juego. Un partido que se ha pasado toda la legislatura intoxicando a la opinión pública por todo y por nada no tiene problema alguno para vender ahora su ‘demagogia social’ y su catastrofismo económico a beneficio de hipotéticos réditos electorales.

Quienes sucesivamente han atribuido al Gobierno la ocultación de datos esenciales sobre el ataque terrorista del 11-M y lo han transformado en una conspiración: quienes se rasgaron las vestiduras ante la defensa del Plan Ibarretxe en el Congreso a sabiendas de que se iba a quedar en agua de borrajas; quienes montaron un escándalo y blandieron el fantasma de la ruptura de España a propósito de un ‘Estatut’ que previsiblemente iba a ser “cepillado” en el Parlamento y pese a ello lo recurrieron ante el TC; quienes convirtieron deslealmente la política antiterrorista en caballo de batalla y atribuyeron al Gobierno cesiones a ETA perfectamente conscientes de que no existían… Esos, digo, ¿creen tener aún algún crédito en sus afirmaciones o sus promesas?

Pues parece que sí. Ahora creen haber hallado el filón económico-social. Están ‘preocupadísmos’ por la burbuja inmobiliaria y sus consecuencias sociales y económicas y nunca admitirán que fueron ellos, cuando gobernaban, quienes la alentaron. Incluso hablan -de modo irresponsable y falso- de recesión económica y la atribuyen a una política económica que es exactamente la misma que ellos practicaron. ¿Quién da más en despropósitos?

Leer online http://laspiral.blogspot.com



16 septiembre, 2007

Crisis hipotecaria: Las consecuencias, los responsables

El dinero, ya se sabe, es miedoso. Y el de los pequeños ahorradores e inversionistas lo es más por razones obvias. El viernes el pánico hizo acto de presencia en Europa, concretamente en Reino Unido. Fue un pánico en cierta medida flemático, autocontrolado, como corresponde al carácter de los pobladores de la gran isla, pero el temor y la desconfianza se palpan en el aire.

El Banco Northern Rock (“Roca Norteña”) amenazaba con hacerse arena por una falta de liquidez provocada por las secuelas de la crisis hipotecaria estadounidense y buena parte de sus clientes (¿quién podría reprochárselo?) se precipitaron a sus oficinas para rescatar su dinero, llegando a formar grandes colas en el exterior.

Similares imágenes de la patética Argentina del ‘corralito’ se nos vinieron inevitablemente a la memoria. Era una escena insólita para Europa, una especie de mal augurio que no se puede dejar caer en saco roto, aún a sabiendas de que en la Europa comunitaria es impensable que suceda nada parecido a lo ocurrido en el país de la pampa. El temor a una reacción en cadena de consecuencias catastróficas (un 'crack') ha generado mecanismos de control, que recaen en última instancia sobre el Estado, destinados a ofrecer garantías frente al pavor social.

Quienes tienen dinero excedente son miedosos, pero no así quienes no tienen otro capital que el muy limitado que les genera su trabajo. Conscientes de su incapacidad objetiva para ahorrar, muchos de ellos practican formas suicidas de endeudamiento para conseguir una vivienda a costa de ‘apretarse el cinturón’ hasta el límite de la supervivencia.

En Estados Unidos se ha consentido desde hace años la aparición de hipotecas de alto riesgo y considerable usura, denominadas ‘subprime’ y destinadas a quienes no pueden ofrecer garantías suficientes a cambio del crédito. En el fracaso de ese ‘negocio’ intolerable está basada la actual crisis estadounidense, que está extendiendo sus nefastas secuelas a todo el mundo.

Cualquiera que tenga dos dedos de frente imagina sin dificultades la fragilidad de tal ‘chiringuito’. La crisis se mascaba desde hacía tiempo en el ambiente y cuando el sistema financiero decidió, finalmente, admitir su existencia un millón de estadounidenses habían perdido ya su vivienda y otros cientos de miles no precisados la iban a perder de modo irremediable a corto plazo.

Es el drama de esas personas el que a mi me conmueve e indigna. A los inescrupulosos montadores del tinglado y a quienes invirtieron en él buscando una alta rentabilidad, que les quiten lo bailado. El dinero recaudado está generalmente a salvo, refugiado en otras inversiones o depositado en cuentas secretas de paraísos fiscales. Sin embargo, nadie va a devolverles sus casas ni el dinero invertido a los esperanzados e incautos tomadores de las hipotecas ‘subprime’.

La crisis financiera pasará porque está generada no sólo por el miedo, sino también por la avaricia. Las pérdidas se asumirán porque no son tanto pérdidas reales como reducción o falta de las ganancias previstas. El sistema sobrevive. Son sus víctimas más frágiles las que perecen y con ellas se desvanece en cierta medida la confianza de los más débiles económicamente, que toman sus decisiones sobre la base de la sobreentendida solidez y fiabilidad de las instituciones financieras.

Los clientes del ‘Northern Bank’ han retirado en dos días un total de 1.500 millones de libras esterlinas, apenas una gota de agua en el océano de los 100.000 millones que, se dice, constituyen su cartera. El banco es solvente, asegura la Autoridad Reguladora de los Mercados británicos (FSA), que llama a la calma. El daño de la desconfianza, motivada o no, ya está hecho sin embargo. Dos bancos podrían asumir los activos del NR en el caso de que sus acciones registren fuertes caídas tras la apertura del lunes, pero tampoco es descartable que sea nacionalizado y puesto bajo administración del Estado.

Que sea el Estado (es decir, el conjunto de los ciudadanos) quien deba acudir en última instancia a sostener los cimientos de un sistema que rechaza tutelar hasta que llega el momento crítico con consecuencias irreversibles constituye una cruel paradoja. Sería mucho más lógico y saludable -me refiero ahora específicamente a Estados Unidos- que atajase toda iniciativa que, como la proliferación de las ‘subprime’, implican un elevadísimo factor de riesgo que no sólo afecta a los directamente implicados sino al conjunto del sistema financiero, nacional y global.

El principio de subsidiaridad del Estado respecto a la actividad privada no debe limitarse a ser una especie de Cruz Roja que recoge los cadáveres, atiende a los heridos y trata de detener el conflicto cuando ya ha estallado con todas sus consecuencias. Puede y debe prevenir que ocurran crisis como la actual, adoptando las medidas necesarias para que productos financieros como las hipotecas ‘subprime’ -auténticas bombas de relojería- no sean posibles.

Eso, contra lo que objeten los defensores del capitalismo salvaje que acompaña a una globalización depredadora, no es intervencionismo y menos aún socialismo. Es sentido común, es respeto a la sociedad civil y a los sujetos económicos. Es salud pública.

Leer online http://laspiral.blogspot.com



13 septiembre, 2007

El adiós de Imaz, el triunfo de los fariseos

Deliberadamente ignoré en su momento el desembarco de Ibarretxe en el inicio del nuevo curso político otra vez al grito de ¡los vascos decidimos!. Tras haberme referido en diversas ocasiones precedentes al llamado 'plan Ibarretxe', que el lehendakari defendió incluso en el Congreso (inútilmente, claro), comentar la reproducción del absceso autodeterminista me provocaba una visceral alergia.

Siempre he creído que el famoso 'plan' no era otra cosa que un cebo electoralista, tendido oportunistamente en busca del voto del electorado radical en circunstancias en las que éste no podía (como ahora mismo) votar a los suyos por razones legales. La insistencia no prueba otra cosa que el empecinamiento en el error por parte de Ibarretxe y sus secuaces. Un error que es triple: primero porque no alcanza sus objetivos en las urnas; segundo, porque da aliento a ETA y a quienes la apoyan y tercero porque insistir en el derecho de autodeterminación es dar coces contra el aguijón constitucional y beneficia el discurso de los más intransigentes, de los menos dispuestos al diálogo, es decir, al PP.

El anuncio de despedida que ahora hace el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, evidencia no sólo la derrota del sentido común sino también la de la sinceridad, la de la honradez. Es la demagogia autodeterminista la que se impuso el lunes pasado en la aprobación de la ponencia polìtica del partido, que insiste en el derecho de los vascos a decidir en referéndum sean cuales fueren las circunstancias, contra el criterio del sucesor de Arzalluz.

Tan contundente desautorización no podía ser ignorada por Imaz ni por nadie decente y coherente. De ahí que no sólo haya anunciado que no se presentará a la reelección a la presidencia del PNV, sino también que abandona la política, tras trece años de dedicación, para regresar a su actividad profesional (es doctorado en Ciencias Químicas). Pone así término a cuatro años de acoso por parte del búnker peneuvista, todavía férreamente encarnado en las sombras por Arzalluz y sostenido por su 'hijo' ideológico Egíbar, pero no menos por Ibarretxe, cuya cooptación a la candidatura de lehendakari fue obra personal del ex jesuita.

El abandono de Imaz, presentado por él mismo como necesario para superar la división del partido, supone el éxito de la línea demagógica y bifronte del PNV, especialista en decir una cosa y hacer otra diferente y dispuesto a pactar con el propio diablo para mantener lo que siempre han tenido: el poder. No hay un discurso político sincero, abierto y posibilista en el PNV. Quien podía y quería desarrolarlo ha decidido irse. Los fariseos han vencido.

Leer online http://laspiral.blogspot.com


07 septiembre, 2007

Sarcasmo batasuno

Batasuna, que no habla mucho en los últimos tiempos, a la espera de que las bombas de ETA lo hagan en su nombre con elocuencia insuperable, ha considerado necesario romper su silencio para denunciar lo que denomina “aceleración en el ámbito represivo” por parte de las autoridades francesas y españolas.

Ante la posibilidad de que la Justicia francesa condene a cadena perpetua (que, contra lo que su nombre indica, nunca excede de los 30 años) a los detenidos en Cahors, el dirigente abertzale Joseba Álvarez ha tenido el descaro inefable de comparar tal medida con la pena de muerte.

Es un sarcasmo desproporcionado e hiriente que quienes no condenan la violencia -sean cuales sean sus consecuencias- de los que les ‘representan’ hegemónicamente con las armas, hablen precisamente de pena de muerte. La muerte (la ajena, por supuesto) es su instrumento y lo emplean sin escrúpulo alguno y con indiferencia absoluta hacia sus víctimas.

Quienes ‘condenaron’ y ejecutaron friamente al joven concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, en medio de una pataleta infantil y demente tras la liberación de su rehén, Ortega Lara, no están cualificados y mucho menos legitimados para hablar de justicia. Quienes, en una demostración supuestamente simbólica de fuerza, causaron la muerte de dos inmigrantes en el aparcamiento de la T4 de Barajas sólo pueden inspirar repugnancia moral, política y personal.

Se permiten, además, apostrofar al PNV y al PSOE por dar apoyo a “recetas del pasado”. Lo hacen precisamente quienes no han revisado la estrategia de lucha armada empleada durante la dictadura más que para acentuarla en la democracia. Las referidas ‘recetas’, según el discurso autómata de Álvarez, “no han traído ninguna solución en 30 años”. Una vez más Batasuna ha perdido una gran oportunidad para permanecer callada o para llegar a la conclusión ineludible de que lo que afirma de las recetas ajenas es mucho más justamente aplicable a las suyas.

El terrorismo, simplemente, es una vía muerta: No lleva a ninguna parte. Sólo los fanáticos y los idiotas insisten en afirmar lo contrario.

Leer online: http://laspiral.blogspot.com